Patrícia Marquès, odontóloga en Jyväskylä, Finlandia: «lo más diferente es el paciente»

Vive en Finlandia, habla finés y estudia noruego. Originaria de Barcelona, Patrícia Marquès está en camino de ser más nórdica que los nórdicos mismos. Lee sobre sus experiencias en esta amplia entrevista.

Por Hannu Arvio.

¿Qué es lo que hizo que decidieras ir a Finlandia?

Realmente, fue casualidad. Hacía mucho tiempo que quería un cambio en mi vida y sabía que quería ir a un país nórdico. Me salió una oportunidad laboral aquí (en Finlandia) y me decidí. No sabía mucho de Finlandia antes de venir, solo lo típico, que la educación es muy buena. Y ya cuando empecé el trámite me fui informando, etc. Ni siquiera escogí Jyväskylä, fue la empresa la que me asignó el lugar.

¿Podrías contar un poco el proceso que seguiste cuándo decidiste marcharte? ¿Te fuiste a través de una empresa de reclutamiento?

Sí, una empresa de reclutamiento finlandesa y EURES. Vi la oferta de trabajo y me apunté. Primero nos hicieron unas entrevistas en Barcelona y después me informaron de que pasaba a la siguiente fase, que era estudiar finés en Barcelona mientras la empresa nos encontraba un lugar donde trabajar y nos ayudaba con todos los trámites de VALVIRA, etc. También nos ayudaron a encontrar piso. Nos consultaron qué tipo de piso queríamos, cuántas habitaciones necesitábamos y el rango de precio. Y cuando llegamos a Finlandia nos ayudaron con el Kelakortti, todos los trámites que tienes que hacer cuando llegas. De todo el proceso, recuerdo haber pasado muchos nervios. Por el cambio en sí y por ser una cultura diferente. En especial cuando esperaba noticias sobre el lugar de trabajo y no me decían nada.

Tú ya tenías 10 años de experiencia en odontología antes de ir a Finlandia. La primera vez que estuviste en tu box, en tu espacio de trabajo, ¿había algo diferente?

Bueno, sí. Todo es un poco diferente, por ejemplo, en cómo está distribuido el box. Pero lo que es más diferente es el paciente.

¿En qué sentido? ¿Tan diferentes somos los finlandeses?

En la confianza, en cómo soportan el dolor. Muchas veces los pacientes me piden que no les ponga anestesia, algo que me sorprende. Pero la mayor diferencia es la confianza, el hecho de no cuestionar lo que el doctor dice. Siempre respetan la decisión del profesional.

En cierta manera, tú como profesional sientes que tienes más autoridad. Que se respeta más tu profesionalidad.

Yo creo que tengo la misma autoridad en cualquier lugar, pero en Finlandia el paciente confía en ti mientras que en España hasta que no te conoce bien puede mostrarse un poco más reacio a según qué tratamientos.

Y esa confianza, ¿te facilita el trabajo?

Claro.

En general, el trabajo es el mismo. El box es el mismo, las herramientas son las mismas, la manera de trabajar… ¿Hay alguna diferencia respecto a los procedimientos con el servicio de salud pública y la burocracia?

Es más o menos lo mismo. En Finlandia, el paciente desde casa puede consultar su historial. Cada tratamiento tiene un código y una explicación (por ejemplo, empaste simple, extracción simple, etc.), y son iguales en la sanidad pública y la privada, para evitar que a los pacientes se les cobren extras innecesarios. En el caso de la sanidad pública, los salarios también están controlados con máximos y mínimos. En España, si hablamos de salud pública, solo se cubren revisiones, consultas, radiografías, extracciones y, a nivel quirúrgico, las extracciones de cordales (si nada ha cambiado desde que yo me fui). En Finlandia se cubre casi todo, con algunas excepciones, por ejemplo, con los implantes. En algunas situaciones también se ponen implantes en el sistema público, existen unos criterios a cumplir según tengo entendido. Pero yo siempre digo que el sistema público es “semi concertado”. No es gratuito al 100% , hay que pagar una parte. Para los niños hasta los 18 años el servicio sí que es totalmente gratuito.

Patrícia lista para empezar las visitas del día en su box finés de odontología.

¿Cómo ves la salud dental en Finlandia? Por lo que he oído, se basa mucho en la prevención, por ejemplo, con la gratuidad para los niños. ¿Se refleja en la salud dental de los adultos? En comparación con España, ¿crees que en general es mejor?

Por mi experiencia, en Finlandia veo más problemas de salud dental que en España.

¿De dónde crees que vienen estos problemas?

No lo sé. A veces pienso que podía deberse al agua, en su contenido de flúor. Estuve un par de meses en una consulta privada y los pacientes tenían una mejor salud dental. En el caso del servicio público, donde trabajo ahora, quizá debido a que los pacientes tienen menos recursos económicos, sí que se ven más casos con complicaciones. En España no es así. Pero hay de todo en todos lados.

Con el trabajo en sí y las condiciones, entiendo que estás contenta después de casi 8 años en Finlandia.

Sí, yo trabajo mucho más relajada aquí que en Barcelona. No hay tantos pacientes al día, tienes más tiempo para hacerlo todo con calma.

En Finlandia, ¿cómo funcionan los horarios?

Donde yo trabajo hacemos 38 horas y 15 minutos a la semana y trabajamos de 07:30 a 14 o 15:30h, dependiendo del día. Solemos organizarnos para trabajar un poco más algún día y así acabar antes el viernes.

Entonces tienes toda la tarde para ti. ¿Tienes alguna afición para llenar esas tardes libres?

Depende. En invierno suelo esquiar, y en verano voy al lago, juego a voley, patino…

Te fuiste a Finlandia sin saber nada y ahora, después de tanto tiempo y viviendo en una zona del centro de Finlandia, ¿cómo ves a los finlandeses? Sobre todo allí, que son los “auténticos finlandeses”.

Diferentes (risas). Son más independientes, desde mi punto de vista. Es decir, ellos solucionan sus propios problemas, mientras que los españoles somos más de llamar a un amigo o a alguien cercano en busca de consejo. La gente joven sí que es muy abierta, y en general son muy amables siempre. Pero también es cierto que cuesta mucho integrarse en un grupo de finlandeses. Entre ellos hablan finés, aunque sepan hablar inglés, etc. Pero por ejemplo, tengo amigos que han estudiado en la universidad y les ha resultado más fácil establecer relaciones con finlandeses. En cambio con mi edad es un poco más complicado porque la gente ya tiene sus familias, sus niños, y tienen sus actividades.

Finlandia tiene un sistema nórdico de bienestar en el que se pagan muchos impuestos. ¿En tu vida diaria lo notas? El hecho de pagar impuestos y lo que recibes a cambio.

En mi caso, yo no tengo familia. Las ayudas que recibo son, por ejemplo, cuando estoy de baja por enfermedad, y es una buena cantidad. Pero en el caso de las familias, esos impuestos se traducen en sanidad y educación gratuitas para los niños, incluso transporte escolar gratis para los que viven lejos de las escuelas. Mis amigos con familia sí que notan estas ayudas en su día a día. Mi hermano, que vive en España y tiene dos hijos, tiene que pagar todos estos servicios, y al final se puede incrementar mucho el presupuesto mensual de una familia.

Sobre el finés, el idioma. Tiene fama de ser muy difícil. ¿A ti te costó mucho?

A mi no.

¿Y cuál es el truco?

Entender bien las normas gramaticales. Obviamente siempre hay dudas, sobre todo cuando algo se puede decir de dos formas distintas (risas). A veces pregunto dudas y se me quedan mirando porque no saben de qué les hablo (risas). Cada uno habla un poco a su manera, entonces tampoco tienes que hablar perfecto al 100%, la gente te entiende igual. Yo me hago entender. El truco es estudiar mucho. Las palabras son completamente diferentes a cualquier otro idioma, excepto algunas como taxi, bussi, baari (taxi, bus, bar)… pero es cuestión de horas de estudio. De dedicarle muchas horas. Cuando llegué aquí le dediqué muchas horas a aprender finés, y no dejaba que me hablaran en inglés.

Desde el principio lo hiciste todo en finés.

Si te centras en solo hablar y escuchar finés, al final inconscientemente acabas asimilando muchas palabras.

¿Tienes más amigos extranjeros que hayan seguido los mismos pasos que tú? Aprender finés y mudarse a Finlandia.

Sí, y de hecho creo que los españoles somos los que lo tenemos más fácil, ya que la pronunciación es muy parecida, excepto algunas vocales de pronunciación muy difícil.

Kilpisjärvi, en el extremo norte de la Laponia finlandesa es el lugar favorito de Patrícia para desconectar del día a día.

A ti te gusta mucho la naturaleza y durante este tiempo has viajado por Finlandia, ¿hay algún lugar en concreto que te guste mucho?  

Kilpisjärvi.

Kilpisjärvi está casi “al final” de Finlandia, en Laponia. ¿Por qué? ¿Qué encanto tiene? ¿Es porque está arriba de todo, al final de la carretera?

Es mágico, diferente. Cuando estás allí hay algo especial. Incluso la gente de aquí (los finlandeses) piensa igual, que cuando estás allí es distinto. No sé definirlo. Quizás porque allí hay más montañas y es diferente al resto de Finlandia. ¡Y mira que no hay nada! Es la tranquilidad que hay, la desconexión de todo…

A un paso de Kilpisjärvi está Noruega. Ahora estás estudiando noruego en Institut Nòrdic. Así que en unos años serás una nórdica de verdad que se mueve entre los países nórdicos sin ningún problema.

Sí (risas), ¡eso espero! Me está costando mucho el noruego, en especial la pronunciación. Ves una palabra escrita, la escuchas y… no se parece. Quizá porque el finés ya lo conozco y ahora me parece fácil, pero realmente me está resultando más difícil el noruego.

Quizá puede ser que ahora ya piensas en finés.

No lo sé. La pronunciación, que hay palabras de distinto género, en finés se elimina todo esto.

Cada idioma es una herramienta para comunicarse. ¿Tienes intención de ir a Noruega y poder comunicarte con los noruegos?

¡Espero que sí!

¿Profesionalmente?

Sí. No es una decisión que esté tomada al 100% pero ya empieza a estar en mi mente y quizá lo hago, pero aún no lo tengo claro.

¿Y qué es lo que te atrae de Noruega?

Las montañas.

¿Te interesa algún lugar concreto en Noruega?  

Me gustaría ir a Tromsø

Tromsø está al norte de Noruega, una ciudad bonita y bastante grande.

Sí, es bastante grande. Tiene una universidad con facultad de odontología, y aunque he estado en otros lugares de Noruega, Tromsø es un sitio que me gusta mucho, y está cerca de Finlandia.

De hecho no es extraño que un profesional sanitario de Finlandia vaya hacia Noruega, es bastante común. Lo que atrae de Noruega a los finlandeses son los mejores salarios. De hecho, creo que estás siguiendo el mismo camino que muchos finlandeses.

¡Sí! Pero un poco más difícil porque yo no hablo sueco y por eso me está costando más con el noruego.

¿Algún día volverás a España a trabajar?

No creo, ya me siento finlandesa profesional y personalmente. Cuando hablo con mis amigos en España y me explican las horas que trabajan, la cantidad de pacientes que visitan cada día… Aquí trabajo muy bien, muy tranquila, sin estrés. Por supuesto hay momentos de estrés. Cuando llegué aquí pensaba que los finlandeses se estresaban por cualquier cosa y ahora soy yo la que me estreso por nada, eso me dicen mis amigos. Ya no soy como era.

Se podría decir que te has acostumbrado a la tranquilidad de Finlandia. Para acabar, muchas veces se dice que en el sur de Europa la vida es más tranquila y todo se toma con más calma, pero la gente a la que he entrevistado me ha comentado muchas veces que es al contrario.

Yo solo he trabajado en España y es cierto, en Finlandia se trabaja con más calma, en todos los ámbitos en general. Por ejemplo, en los restaurantes. Si el restaurante está lleno te avisan de que hay una hora de espera y tú decides si te quedas o no, pero el cocinero no va a cocinar más rápido por tener todas las mesas ocupadas. Bueno, al menos así se aprecia desde fuera de la cocina. Obviamente entiendo que en urgencias funciona diferente, pero aquí se hace todo poco a poco y bien hecho.