Sònia Salvadó, enfermera: «en Suecia tenemos la sensación de estar protegidos»

Italia, Londres, Amposta y ahora Suecia. Sònia Salvadó, enfermera instrumentista oftalmológica en Tarragona y estudiante de sueco en Institut Nòrdic, no dudó cuando le surgió la oportunidad de marcharse con su familia a Suecia. En esta entrevista nos cuenta qué la motivó a embarcarse en este proyecto y cómo se están preparando para la mudanza. 

Por Hannu Arvio

Primera pregunta: naciste hace 47 años en Amposta (Tarragona). Has vivido en España, también en una parte de Italia, y desde Italia fuiste a Londres y volviste a Amposta. Durante este tiempo te has casado con un italiano y tuvisteis dos hijas (7 y 10 años) y ahora estás estudiando sueco para hacer las maletas e irte a Suecia. ¿Por qué Suecia?

(La oportunidad de ir a) Suecia llegó en medio de la pandemia. Yo soy enfermera y trabajaba en una casa para ancianos, era un momento muy difícil. Un compañero mío que es enfermero me contó que un compañero suyo, que es doctor, estaba trabajando en Suecia. Y nos contó sobre las buenas condiciones de trabajo, del respeto a nivel de profesión, del respeto a los niños y la buena conciliación familiar… Condiciones que hemos buscado en todos los lugares en los que hemos estado y que no hemos conseguido encontrar. Así que, ¿por qué no?

 

No habías encontrado una ubicación ideal con tu familia pero en el caso de Suecia ya tenías una recomendación. A partir de entonces, surge la idea y comienza el proyecto.

Como ya hemos hecho esto otras veces, lo primero fue buscar información fiable. Al final cada persona te cuenta su experiencia personal y puede ser que hables con alguien que lo ha pasado muy mal y luego hay personas que están maravillosamente. Escribimos a la embajada, me presenté como representante de la familia y ellos nos facilitaron unos cuantos enlaces donde encontrar más información sobre la vida en Suecia, y nos dijeron que era súper importante empezar a aprender la lengua. Esto es algo que yo he podido entender durante todos estos años en los que he trabajado en varios lugares y, sobre todo en mi profesión, la lengua es muy importante para adaptarse y trabajar con tranquilidad. Me hablaron sobre Institut Nòrdic, nos fuimos de vacaciones a Suecia a principios de septiembre y ya al volver me apunté (a un curso) para empezar a aprender sueco. No tenía un proyecto concreto, pero entendí que aprender sueco era la parte más importante y no me importó empezar con otra lengua.

Sònia con sus hijas Lunel y Brigith, y su marido Giancarlo Pasqualotto.

Ahora vas a empezar un curso de B1, que ya empieza a ser un buen nivel. Cuando empezaste a poner en marcha la idea de mudaros a Suecia, ¿también empezaste a dar pasos en el ámbito profesional para ir avanzando?

Sí. Como ya había tenido esta experiencia anteriormente contacté con Eures, que es un programa que pone en contacto a profesionales europeos para que puedan viajar y trabajar por toda Europa, y ellos me pusieron en contacto con personas de Suecia que buscaban empleados. Ya he tenido una entrevista de trabajo online a través de Eures y luego otra entrevista presencial. El programa Eures me está asistiendo para poder reconocer mis títulos (en el extranjero), saber con qué administración tengo que contactar para cada trámite, y también me han ayudado económicamente para poder hacer el viaje en el que hice la entrevista. Ahora estoy en contacto con la región Södermanland y también estuve en contacto con la región Kronoberg, pero la entrevista se puede hacer en Eskilstuna, que es la capital de Södermanland.

 

¿De qué depende que dentro de poco estés trabajando en Suecia?

De que obtenga el nivel C1 de sueco para poder inscribirme en el Colegio de Enfermería. En nuestra profesión (enfermería) necesitas poder entender y comunicarte bien porque tratas con personas en situación de vulnerabilidad porque están enfermas. Es obligatorio, es súper importante saber la lengua, y lo entiendo perfectamente. Me dijeron que con un nivel B2 ya podía conseguir un contrato de prácticas, sin responsabilidades en el trabajo, y que entendían que necesitaría estar allí para poder conseguir el C1, para poder hablar con más gente, ya que ahora solo hablo con mi profesora.

 

Dominas varios idiomas: español, catalán, italiano, inglés y ahora estás con el sueco. ¿Cómo ves el sueco como idioma?

Bueno, yo siempre he tenido facilidad para las lenguas, y confieso que cuando empecé el año pasado pensé: “bueno, uno más”. ¡Ay! Es complicado porque hay varias lenguas en mi cerebro que a veces se combinan, pero a la vez me ayudan porque hay varias similitudes.

 

Sobre todo en inglés y sueco.

Y también algunas cosas del italiano y el catalán. Parecerá tonto pero es así. Me lo tomo como una meta, una motivación. Una lengua no podrá conmigo. Y la verdad es que me gusta. Hay ciertos significados en sueco que explican conceptos que en español o italiano, que son lenguas muy trabajadas, no llegan. Y me gusta esto. Incluso he intentado escuchar algunas cosas en noruego y también entiendo algo. Así que el sueco abre un abanico de otros idiomas que es muy interesante.

 

Entonces ves bastante factible que en algún momento, pronto, te puedas comunicar en sueco. 

Sí, estamos súper convencidos.

 

Antes de esa recomendación, ¿habías pensado anteriormente en Suecia?

Los países nórdicos en general, para los países mediterráneos, son como una especie de ejemplo. Siempre hemos tenido noticias sobre la educación, el avance tecnológico, la vida respetando la naturaleza… y eso siempre ha sido como un eco. Pero en Suecia, en concreto, no. Mi marido ya había estado de joven y dijo que el lugar era precioso. Pero cuando uno tiene 20 años tiene otros objetivos cuando viaja. Suecia no había tenido importancia antes, pero la idea (de los países nórdicos) sí que estaba allí.

 

Después de dos viajes a Suecia, una entrevista online y otra presencial, estudiar sueco… ¿Habéis estado en invierno?

No, hemos estado en otoño.

En sus viajes a Suecia, Sònia ha intentado que la experiencia sea lo más parecida a vivir allí.

¿Ha cambiado tu idea de Suecia respecto a la que tenías antes?

Creo que ha ido a mejor. Estando allí nos hemos alojado en una casa y hemos intentado vivir como una familia: ir a comprar, usar medios de transporte… No se puede comparar, pero hemos intentado vivir como ciudadanos y no como turistas. Y ha sido muy positivo. Ahora que sé que el clima es muy malo y muy oscuro durante el invierno, no es algo que nos frene a intentar hacerlo. Por ahora hay más ventajas que desventajas. Ha mejorado nuestra opinión desde que hemos estado allí.

 

¿Qué ves de positivo en Suecia?

Para nosotros es muy importante la naturaleza. En una ciudad de 100000 habitantes como es Eskilstuna no te das cuenta de que estás en una gran ciudad (a parte del centro), porque hay mucha naturaleza y todo fluye mucho. Yo trabajo en Tarragona y es un caos entrar en la ciudad para trabajar. Y esa sensación de agobio allí no se percibe. Por ejemplo, hemos estado en el hospital y allí hay un silencio tremendo. Todo es muy fluido. Entiendo que habrá momentos de crisis pero nos parece una vida muy tranquila. Hay muchos parques para los niños y yo creo que tenemos la sensación de estar protegidos cuando estamos allí. Como que si vas a vivir algo vas a tener protección.

La conciliación familiar y la tranquilidad en Suecia son dos de los motivos por los que Sònia y su familia han emprendido este proyecto.

Supongo que teniendo hijas piensas más en cosas como la escolarización y su futuro. ¿Ves su futuro mejor en Suecia?

Sí, sí. Yo creo que a nivel de posibilidades de educación sí. El año pasado, la maestra de nuestra hija mayor nos convocó y nos dijo que quería hacerle unos test porque veía que podía tener posibilidades. Habíamos visto que era muy espabilada, pero los resultados de los test determinaron que tiene altas capacidades. Este caso, para el sistema educativo español, es un problema ya que no saben cómo atenderles. Necesitan recursos que aquí no pueden darles. Así que esto ha sido también un motivo muy importante para irnos y darles la educación que ellas quieran. Por ejemplo, si una de mis hijas me dice que quiere ser astronauta, yo creo que en Suecia lo podrá conseguir, pero aquí no. Esto ha sido muy motivador para tirar hacia adelante con este proyecto. Y también a nivel de liberación de la mujer, de roles más igualitarios, el concepto de la mujer en el trabajo. A mi me sorprendió mucho que mis 47 años no les supusiera un problema, cuando en cambio aquí sí lo es. Para ellos soy un recurso trabajado, que puede dar enseguida, y aquí no se ve así. 

 

Una profesional consolidada que puede aportar mucho en los próximos 20 años. 

Yo he ido a hospitales y me han dicho que no necesitaban a personal tan especializado.Y me sorprendió mucho porque sabemos que hay falta de enfermeras en todas partes.  

 

Como proyecto familiar para ti, para tu marido, para tus hijas… lo ves todo de forma muy positiva. Sin embargo, ¿crees que hay algo de vivir en Suecia que puede ser negativo? 

No sé… los mitos dicen (y seguramente prejuicios) dicen que son una sociedad muy cerrada, muy egoísta en el sentido de que no se abren mucho. He vivido alguna mala experiencia en este sentido en Londres, aunque sé que son dos “civilizaciones” muy diferentes, mentalidad nórdica, muy “egoísta”. Pero yo creo que vamos a romper mitos porque aquí, aunque seamos mediterráneos, la gente vive por sí misma y no por los demás. Esto es la única cosa que no me gustaría. Yo creo que podría superarlo, porque soy mayor, pero no quiero que mis hijas se encuentren con una “pantalla” de poco intercambio, aunque no creo que sea así, si no que tenemos muchos prejuicios. Algo así como que los mediterráneos somos muy “guays”, muy abiertos, y que allí la gente es cerrada, que va del trabajo a casa. No he vivido esto (cuando he estado en Suecia). Hemos ido por tiendas, por restaurantes, por parques y hemos conseguido hablar con otras madres, otros padres… Sobre todo padres, hay muchos padres en los parques de Suecia, más que aquí, algo que también es muy positivo. Y con estas personas hemos podido hablar, intercambiar opiniones… Es como todo. Habrá gente más cerrada y otra más curiosa. 

A parte de esto, también está el hecho de que haya tanta oscuridad en invierno. Pero yo creo que esto lo superaremos, no es algo que nos pueda tirar hacia atrás. 

Otra cosa es que tenemos familia aquí y nuestros padres ya son mayores, es decir, que pudiera haber algún problema de salud que nos retuviera aquí.

 

Tu futuro profesional como enfermera en Suecia. ¿Cómo lo ves? ¿Qué ventajas puede tener comparado con España? 

Yo creo, en mi caso, que es muy importante la conciliación familiar. Aquí para poder cuidar a tu hijo enfermo tienes que pedir permiso, te hacen sentir mal porque no vas a trabajar y sobrecargas a tus compañeros… Creo que allí están organizados para estas situaciones porque forman parte de la vida. Igual que si tienes un anciano a tu cargo.

 

De hecho, por ley puedes.

Esto nos da mucha tranquilidad. Yo solo espero haber entendido bien que a partir de cierta edad tienes más tiempo libre y puedes disponer de más vacaciones, tienes ventajas en las pensiones… Creo que como mínimo van a respetar el contrato firmado. Aquí a veces firmas un contrato y luego haces otras cosas, más horas, etc. Aquí nunca he tenido un contrato que se respetara de principio a fin. Empiezas bien pero a medida que pasa el tiempo se van acumulando horas, tienes que trabajar horas extra de forma habitual, no puntual, y si no lo haces estás mal visto, algo que no entiendo por qué es así, pero sucede. Calidad de vida, en general.

 

Digamos que lo que buscas es calidad de vida profesional.

Sí, calidad de vida profesional que luego se refleja en tu vida personal y familiar.

La naturaleza también juega un papel muy importante en el proyecto de esta familia.

¿Qué opinan tus amigos y familia?

Mi familia está acostumbrada a que les dé estas noticias, pero ellos no me dicen ni bien ni mal. Es “lagom”, como se dice en Suecia: ni mucho ni poco, ni bien ni mal. 

 

No intervienen

No, pero ellos están contentos con mis logros y supongo que entienden los motivos. Pero como ya he cambiado muchas veces, no les sorprende mucho, es casi como una costumbre para ellos. Y mis amigos de verdad tampoco se han sorprendido. La mayoría de nuestros conocidos nos dicen que nos admiran, pero que ellos no serían capaces de hacerlo.

 

¿Por qué razón crees que te dicen que no serían capaces de hacerlo?

No lo sé, supongo que es complicado cambiar de vida e irse a otro país con niños, aprender un idioma nuevo y ponerse a prueba. Porque al fin y al cabo, al irte a otro país siempre tienes que demostrar quién eres y esperar que lo que tú eres vaya bien allí y exponerte a la prueba. Es salir de tu zona de confort al 100%.

 

Tú ya has hecho esto varias veces: primero a Italia, luego a Londres y de vuelta a España. ¿Qué has aprendido del proceso de trasladarte que te pueda servir en el proyecto en el que estás ahora? 

Que siempre hay un mal momento al principio en el que lo pasas muy mal y parece que no podrás superarlo, pero siempre pasa. Es como una tormenta, tienes que aguantar duro y pasará, te acostumbrarás de alguna manera. Siempre acabas encontrando “almas gemelas”, gente que te ayudará muchísimo y se quedará siempre contigo. Por ejemplo, yo puedo decir que tengo amigos desde hace más de diez años en Italia que, aunque haga mucho que no nos vemos, cuando nos encontramos es como si hubiéramos quedado la tarde antes. No sé si es que yo he sido mujer en un país donde no se ha valorado mucho a las mujeres, y siempre tiendes a pensar que no serás capaz de hacer algo, pero cuando lo consigues te sorprendes. Ahora, además, están mis dos hijas, así que la situación es diferente a las otras veces. Será mucho más complicado, y tú puedes sufrir cosas pero no quieres que las sufran tus hijos. Vamos a aprender muchas cosas esta vez.

Lunel y Brigith están casi más entusiasmadas que sus padres por su nueva vida en Suecia

¿Tus hijas qué opinan?

Ellas están muy emocionadas, para ellas no hay problema, quieren ir, y es que cuando hemos estado allí ellas han estado maravillosamente. Supongo que es porque nos oyen hablar y les hacemos ver que allí hay cosas que van bien y que aquí no. Mi hija pequeña, la primera vez que fuimos a Suecia tenía 5 años y decía: “mamá, es que aquí no hay cacas de perro por las calles”.  Una niña de 5 años se sorprendió y cogió esto como una cosa muy positiva, entendiendo que allí viviríamos en un lugar limpio y ordenado. Supongo que mis hijas están en una edad en la que como vamos a hacer esto juntos, piensan que si los padres deciden hacer algo porque es positivo ellas se sienten protegidas.

 

¿Qué le diría a alguien que está pensando en lanzarse a un proyecto como el tuyo? 

Yo les diría: “¿qué pierdes?”. No pierdes nada, siempre ganas. Cuando yo he cambiado de país nunca he pensado que perdía Italia o Londres, porque lo que se tiene que quedar, se queda. Yo he vuelto después de 12 años a Italia, después de 10 años a Londres, y he encontrado gente con la que me he abrazado. Así que ¿qué pierdes? No pierdes nada. Ganas una lengua nueva, experiencias que te acompañarán, y en el trabajo seguro que aprenderás muchísimo, y siempre puedes volver. Nosotros vamos a coger una excedencia en el trabajo y ya está. No tenemos hipoteca porque no queremos estar ligados económicamente a ningún sitio. Dejas una casa y a tu familia momentáneamente, pero en realidad solo vas a ganar y siempre puedes volver atrás si sientes que no puedes. Tienes la posibilidad de empezar de nuevo aquí, que será un poco más fácil con la experiencia y lo mucho que habrás aprendido sobre tí y tu capacidad de superar problemas.