Por Hannu Arvio, profesor de finés en Institut Nòrdic
«¿Cómo es el finés? —o finlandés, el termino que también se usa para definir el nombre del idioma».
«¿Cuál es la mejor manera de aprenderlo?»
«El finés tiene fama de ser complicado… ¿es verdad o es un mito?»
«¿Yo lo podría aprender?»
Estas son algunas de las preguntas que se pasan por la cabeza a las personas que están pensando en estudiar finés, y a las que esperamos poder dar respuesta.
No obstante, responder con exactitud es complicado, puesto que todos somos diferentes y nuestra capacidad y la manera de aprender idiomas varía. Algunas personas pueden dedicar mucho tiempo a los estudios y, en cambio, otras ni siquiera tienen tiempo para abrir el libro entre clase y clase. Además, vivimos en entornos distintos; no es lo mismo aprender finés viviendo en Finlandia, en un entorno completamente finlandés, que asistir a clase una vez por semana y fuera del país.
Uno de los aspectos más importantes para valorar si el finés es complicado para un hispanohablante es su lejanía respecto al español. Sin duda, aprender portugués o italiano es mucho más sencillo que cualquier idioma que resulte tan distinto del materno, como es el caso del finés. Al preguntar a cualquier habitante de Finlandia si le ha sido difícil aprender su lengua (suomi, en finés), contestará que no le ha costado nada y que ni siquiera ha pensado que estaba aprendiendo algo. Como cualquier hablante, un finlandés también aprende a comunicarse en su idioma materno con fluidez sin reparar en que está haciendo algo extraordinariamente laberíntico.
Pero los que no lo tienen como lengua materna, con el finés se enfrentan sin duda a algo diferente. Se distingue del español en muchos elementos y de ahí viene su dificultad principal; pero no todo es así. A continuación, puedes ver algunos de sus aspectos típicos. Sí, es obvio que es muy diferente al compararlo con el español, pero, por otra parte, tiene particularidades que no resultan tan complejas.
Sufijos
A las palabras se les añaden todo tipo de sufijos que funcionan como preposiciones, posesivos, plurales, complementos directos o, incluso, como gesticulaciones o entonaciones. De hecho, la gramática del finés gira mucho alrededor de los sufijos, que a veces llegan a formar una larga cola detrás de la palabra que aporta mucha información:
barco = laiva
en barco = laivassa
en mi barco = laivassani
¿en mi barco? = laivassaniko?
en mi barco (insistiendo) = laivassanipa
en mi barco (más moderado) = laivassanihan
en mis barcos también = laivoissanikin
Además, algunas veces hay que establecer una raíz para poder realizar cambios consonánticos o añadir los sufijos necesarios:
Helsinki+ssä = Helsingissä (en Helsinki)
vesi = vedessä (en agua)
syödä+maan = syömään (a comer)
Los cambios causados por los sufijos pueden dar dolores de cabeza a los estudiantes de finés, pero tienen su lógica, y además no hace falta aprendérselos de memoria. Se pueden consultar casi todos en Internet, por ejemplo, en el diccionario de Kotus (Instituto de Idiomas de Finlandia) https://www.kielitoimistonsanakirja.fi/
Inexistencia de género
Ni los nombres ni los pronombres tienen género. En ese sentido, el finés es un idioma prácticamente neutro. Para ‘él o ella’ se usa la misma palabra: hän.
Vocabulario propio
Al ser un idioma que no tiene sus raíces en el latín, el finés cuenta con un vocabulario muy diferente. Además, para mantener su originalidad, se han impulsado los vocablos propios, e incluso hoy en día genera neologismos a partir de su terminología. Por ejemplo, cuando en tu móvil abres una aplicación, en Finlandia abres sovellus, que viene del verbo soveltaa, ‘aplicar’. Eso sí, el Finés hablado es a veces muy aventurero y busca influencias de fuera. Muchas veces se usa la palabra appi o äppi para ‘aplicación’. De todos modos, los estudiantes de finés tienen que prestar mucha atención en aprender vocabulario y mantenerlo activo.
Pronunciación
Hablar finés fonéticamente bien no conlleva ninguna dificultad para un hispanohablante. Es sencillo; es algo que uno aprende sin esfuerzo extra, simplemente escuchando y hablando el idioma.
Verbos
Los tiempos verbales no son complicados. Hay un presente y tres pasados. El finés tiene seis grupos principales de verbos y apenas hay irregulares. Eso sí, tiene muchos verbos y definen con exactitud cada acción, por lo tanto, hay que aprender una gran cantidad. La conjugación es parecida a la del español: cada persona se conjuga:
Puhua = hablar
Minä puhun = yo hablo
Sinä puhut = tú hablas
Hän puhuu = él/ella habla
Me puhumme =nosotros hablamos
Te puhutte = vosotros habláis
He puhuvat = ellos/ellas hablan
Futuro
El finés no tiene tiempo verbal para el futuro. Se usa simplemente el presente, que normalmente se acompaña de una expresión de tiempo, como por ejemplo ‘mañana’ (huomenna), ‘en verano’ (kesällä) o ‘el año que viene’ (ensi vuonna).
Lengua hablada (puhekieli)
Una cosa es el finés estándar y otra cosa es el que se habla. Puhekieli es una variación del finés, economizado para un uso más informal cuando uno se comunica en un ambiente que lo permite. Es una mezcla de dialectos, de maneras de hablar y de diferencias generacionales y culturales. No es lo mismo para todos, sino que varía según quien hable y en qué contexto lo haga:
minä olen = yo soy (finés estándar)
mä oon = yo soy (finés puhekieli en sur de Finlandia)
Casos
El finés no tiene preposiciones, pero lo que sí tiene son 15 casos, cada uno con su plural. La gran mayoría de ellos corresponden a preposiciones, pero algunos no tienen equivalencia en el español. Por lo tanto, puede costar un poco cogerles el tranquillo. A continuación, algunos casos declinados:
en barco = laivassa
de barco = laivasta
al barco = laivaan
por el barco = laivalla
los barcos (plural determinado) = laivat
barcos (plural indeterminado) = laivoja
Es importante mantener la motivación…
Para aprender finés hay que tener, sobre todo, ganas, disciplina y motivación. El inicio de esta tarea enorme, que es aprender un idioma nuevo, suele fluir con mucho entusiasmo; pero a la que surgen los primeros apuros, peligra la motivación. Durante esos momentos bajos que cualquier estudiante de idiomas afronta de vez en cuando, lo más aconsejable es pensar en el futuro. Recordar otra vez por qué se decidió estudiar finés y qué es lo que puede aportar en la vida.
…y vivir en finés
Ir a clase de finés es una manera eficaz de aprender el idioma, pero muchas veces no es suficiente, en especial si no se habla esta lengua en el entorno del estudiante. En este caso, más vale empezar a crearlo uno mismo. Hay muchas maneras. Las aplicaciones, los buzones de correo, los medios sociales, etc., se pueden configurar en finés. Igualmente, hay muchos recursos y muy variados en ese idioma a los que acudir: música, programas de radio, series, películas, aplicaciones educativas, literatura, blogs o vídeos de youtubers. Pero lo más importante es conocer a algún finlandés y, además, mantener la relación en finés.