Meritxell Doñate, lingüista: «Los finlandeses aprecian mucho que aprendas finés»

Meritxell vive una relación amorosa y profunda con el finés y Finlandia que la lleva a enfrentarse al reto de traducir libros del finés al español. “Untu y el secreto de las luces del invierno” es su última traducción publicada. Lee sus reflexiones sobre Finlandia y el estudio y la traducción del finés en esta entrevista.

Por Hannu Arvio

Quería empezar primero con tu relación con Finlandia. Acabas de traducir un libro del finés al español, con lo que se podría suponer que tu relación con Finlandia tiene cierta profundidad.

Un poquito, sí.

Entonces, ¿cómo empezó todo?

Cómo empezó todo… Pues cosas que pasan en la vida y que no esperabas. Yo estudié traducción, y en mi tercer año de carrera me fui de Erasmus a Italia. Allí conocí a mi ex. Empezamos la relación y cuando acabé la carrera, me mudé a Finlandia. Estuve viviendo en Finlandia casi 5 años y después volvimos a España. Mientras estuvimos juntos, íbamos como mínimo una vez al año a Finlandia. La relación se acabó, pero mi relación con el finés y Finlandia continua, así que sigo yendo cuando puedo y sigo traduciendo.


Tu historia empieza como una historia de amor, entonces.

Empezó como una historia de amor por una persona y ha acabado siendo amor por un idioma y también por un país. Esa sería un poco la transición.

 

Estuviste viviendo cinco años en Finlandia, ¿en qué parte?

Primero, antes de acabar la carrera, estuve durante cuatro meses haciendo prácticas en Helsinki. Era como un “Erasmus prácticas” y trabajé en una editorial. Volví a España para terminar la carrera y cuando acabé ese mismo año, volví a Finlandia para instalarme en Tampere, dónde viví desde 2010 hasta 2014.

 

Unos cinco años ¿Qué es lo mejor de Tampere?

No sabría qué decirte… pero creo que el ambiente, eso es lo que más me gusta. Hay bastantes universitarios, mucha cultura, muchos conciertos, exposiciones, museos… La ciudad es bonita, con los ríos y los dos lagos. Pero lo que más me gusta es la gente y el ambiente.

Tampere es una ciudad llena de cultura

Es algo totalmente contrario a lo que se suele escuchar sobre los países nórdicos: que la gente es un poco sosa, que no hay ambiente, que no ocurre nada…

A ver, no es como aquí en Barcelona, que sales a la calle y ya está el ambiente. En Tampere tienes que buscar ese ambiente, pero cuando lo encuentras, es muy guay.

 

Con los finlandeses, acabaste relacionándote en finés.

Sí, curiosamente empecé a relacionarme en finés pocos meses antes de volver a Barcelona. Y ahora cuando voy sí que hablo en finés. Me costó, la verdad. Al ser lingüista, soy muy perfeccionista cuando hablo en otros idiomas. No me gusta cometer errores, y hasta que no me sentí muy segura no empecé a hablarlo. La gente me hablaba en finés y yo les contestaba en inglés.

 

Ahora has llegado a tener un nivel bastante bueno, ya que traduces libros. Dices que has sido perfeccionista con el finés, hasta el punto en que hay varios años de diferencia entre el momento en que empezaste a estudiar y en el que empezaste a hablar. Si pudieras empezar de cero, ¿qué harías?

Hablar desde el principio, obviamente. No tener vergüenza. Supongo que al ser más joven (tenía 23 años cuando me mudé a Finlandia), todo me daba mucha vergüenza. Ahora que estoy a punto de cumplir 35 años, la vergüenza es mucho menor que la que tenía, me da un poco más igual. Si hablara con mi “yo” del pasado, le diría: “habla (finés), porque si lo hablas, lo aprenderás muchísimo más rápido”.

 

Se podría decir que estudiar finés es para adultos.

Sí (risas), o por lo menos para gente a la que no le de vergüenza cometer errores, porque es difícil. Yo aún cometo errores cuando lo hablo, obviamente, y cuando lo escribo, igual que los puedo cometer cuando hablo inglés, pero ahora me siento más cómoda con los errores que hago y ya no son tan grandes como para que no se me entienda o que me puedan llevar a grandes malentendidos. Eso era lo que en su momento me echaba un poco para atrás, algunas cosas que decía que significaban algo completamente distinto y que hacían que la gente se riera; pensé que era mejor no hablar para evitar esas reacciones.


¿Qué le dirías a una persona que esté pensando en estudiar finés o que acabe de empezar? ¿Qué le dirías que le pudiera ayudar a enfrentarse a ese reto?

Que tuviera mucha paciencia (risas). Al final depende mucho de las ganas que cada uno le ponga. El cerebro de cada persona es distinto. A mi, que me gusta mucho la música, me sirve mucho escuchar música en finés. Así aprendo palabras nuevas al memorizar las canciones. En realidad les diría que usen el finés siempre que tengan ocasión. Si hablas con finlandeses, aprecian un montón que lo estés aprendiendo. Al final hay poca gente, sobre todo fuera de Finlandia, que aprenda el idioma. Si te encuentras con un finlandés y le hablas en finés, lo agradecerá y te ayudará, aunque es cierto que no son mucho de corregirte se te equivocas. En España conozco a mucha gente que si hablan con alguien de fuera y comete algún error, enseguida le corrigen. En Finlandia eso no pasa, casi nunca. Puedes estar meses diciendo algo mal y no te corrige nadie, te tienes que dar cuenta tú.

El verano al estilo finlandés

Has estado viviendo en Finlandia con un finlandés, y se elogia mucho el funcionamiento y las condiciones de vida de la sociedad finlandesa. ¿Lo notaste en tu vida allí, tenías esa misma percepción?

Yo creo que sí. A mi, de hecho, me gusta mucho Finlandia y mi familia y amigos me dicen que soy muy nórdica. Me gusta mucho tener mi espacio y que la gente respete mi vida privada (aunque al final la acabe compartiendo), me gusta que la gente no piense que tienes que explicarlo todo. Tú vas a tu rollo y ya está, aunque pueda generar sentimiento de soledad. Por ejemplo, yo soy mujer, y aquí (en España) cuando llegas a cierta edad, sueles recibir comentarios de tipo “¿y no te casas?” “¿y no tendrás hijos?”. A mi en Finlandia nunca me han hecho estas preguntas. No se meten así en tu vida, no te hacen preguntas tan personales. Y a parte de esto, en mis círculos de amistades en ambos países hay tanto hombres como mujeres. En Finlandia nos relacionamos mucho más entre todos nosotros, mientras que cuando me encuentro con mi grupo en España, al final siempre acabamos las mujeres hablando por un lado y los hombres por otro. Y en Finlandia tengo la sensación de que nos mezclamos más, es mi percepción, aunque también puede que sea algo de mi grupo de amigos.


De hecho, siendo yo finlandés, comparto bastante lo que has dicho.

Es como que esta separación de géneros allí no la veo tan clara como en España, por ejemplo, y creo que es algo muy positivo.

 

Volveremos más tarde a esta cuestión del género, pero ahora quería preguntarte sobre el libro que has traducido. Es un cuento infantil sobre Untu, un personaje que se encuentra en el sur de Finlandia y emprende un viaje hacia el norte en busca de las luces del invierno porque le llaman la atención. ¿Tiene esa historia algo marcadamente finlandés, en tu opinión?

Creo que la historia en sí no es finlandesa, pero sí tiene elementos muy finlandeses. La historia es como cualquier aventura en general, por ejemplo “El señor de los Anillos”. Es la historia de un viaje, pero sí que puede ser que haya cosas que aquí no se acaben de entender o que choquen un poco. Por ejemplo, mencionas Finlandia y mucha gente te dice “ah sí, Finlandia, ¡qué bonitas las auroras boreales!”, pero hay finlandeses que no han visto las auroras en su vida. Y esto es justo de lo que va el libro. El personaje, que está en el sur, probablemente no habrá visto las auroras boreales nunca y por eso le llaman la atención. Pero mucha gente en España puede pensar que las auroras son algo muy normal allí. El libro es 100% finlandés en las historias y tradiciones que se cuentan, pero no la historia.


La historia es un “road story”.

Sí, de tipo “voy andando y a ver qué me encuentro”.

Untu y el secreto de la luz del invierno es la última traducción de Meritxell que ha sido publicada

En todo caso, hay muchos elementos finlandeses: nieve, sauna, Laponia, bosques, auroras boreales, ciertos personajes… En finés hay aproximadamente 40 palabras distintas para “nieve”. ¿Cómo te enfrentas, como traductora, al reto de traducir tantas palabras y expresiones distintas para las que en español se usaría “nieve”?

En este caso no quise complicar mucho la historia y usé la palabra “nieve” en todas las ocasiones. Por una sencilla razón: creo que los libros finlandeses para niños contienen un lenguaje y un vocabulario más elevado que los españoles. Yo traducía el libro y alucinaba. Se supone que es un libro para niños a partir de 7 u 8 años, pero había vocabulario y palabras descriptivas que no puedo imaginar a un niño de aquí usando esas palabras tan poéticas. Y no me quise complicar, así que usé “nieve”, a no ser que fuera algo muy específico, para lo que añadía adjetivos. Por ejemplo, nieve blanca, nieve en polvo, nieve derretida… Al final es intentar hacer lo que puedas con los recursos de los que dispones.

 

El finés tiene una palabra específica para cada tipo de nieve, incluso hay una palabra distinta según como está amontonada la nieve.

Exacto, y en este caso la solución fue usar la palabra “nieve” y añadirle el adjetivo que le correspondiera según el contexto.

 

Además, hay otras cosas. Por ejemplo, en finés cada tipo de nevada tiene un nombre concreto y un verbo asociado. El verbo “nevar” como tal, no existe. Más ejemplos: en el libro se usan palabras relacionadas con sauna y otras que son, digamos, intraducibles.

Sí, al traducir ese capítulo en concreto lo pasé un poco mal. Al hacer una traducción, siempre la revisa un corrector y sugiere cambios o retoques, y cuando recibí la corrección de ésta vi cosas que pensé que no tenían sentido. Por ejemplo, no recuerdo concretamente el pasaje, pero sí que era un momento en que un personaje estaba en una sauna y se subía a los bancos. El corrector me sugirió cambiar eso y hacer que el personaje se subiera por las piedras que hay dentro de la sauna, pero eso no tendría ningún sentido porque esas piedras están calientes, queman. Y en este punto me di cuenta que no todo el mundo tiene por qué saber que esas piedras que hay en las saunas están sobre un hornillo y son las que hacen que se caliente. En España, si vas a una sauna finlandesa, esas piedras no están. Tuve que pensar cómo hacerlo para que se entendiera bien. Kiuas, löyly… son conceptos que no tienen traducción. Al final acabé traduciendo löyly como vapor porque era lo que tenía más sentido en ese contexto. Kiuas lo traduje como horno o chimenea de la sauna.


En la sauna, kiuas es donde está el fuego con las piedras, digamos el “mueble” que calienta la sauna.

Exacto. Al final lo traduje como horno o chimenea, no lo recuerdo exactamente. Pero tienes que traducirlo por cosas que se puedan entender aquí. Aunque, por suerte, es un libro ilustrado y se puede ver, así que también debes tener en cuenta lo que está dibujado para que se pueda comprender. Pero sí que estuve tiempo para ese capítulo, incluso a veces le pedía la opinión a mi novio para comprobar si se entendía la traducción. Fue divertido (risas).

En finés hay más de 40 palabras para definir "nieve"

Otra cosa sobre traducir del finés al español. El finés no tiene género, así que, por ejemplo, si hablas de quedar con un amigo y no especificas, puede ser que te refieras a un amigo o a una amiga. El finés es quizá uno de los idiomas más igualitarios del mundo, en ese sentido. Y en el español cada palabra tiene su género. ¿Cómo afrontas ese aspecto a la hora de traducir?

Con este libro solo tuve problemas con unos personajes. Untu, que es el protagonista, tiene barba y se sobreentiende que es él, aunque también podría ser ella, por qué no. Aunque en este caso puse él. Pero hay otros personajes que son animales y elegí el género del animal en español. Hay una gaviota, y le puse ella. Hay un oso, y le puse él.


En finés, la palabra “oso” puede referirse a “oso” y a “osa”, así que si no especificas no sabes exactamente.

Claro, pero en español hay animales cuya palabra ya tiene un género. Hay gaviotas macho, pero las llamamos gaviotas igual. Hacia el final del libro aparece un poblado y fue más sencillo por las ilustraciones: si tenía barba le asignaba “él”, si llevaba vestido le asignaba “ella”… O en algún momento se usaba la palabra “emäntä” (mujer). Pero también aparecen personajes inventados. Por ejemplo, al final del libro aparecen las pilas de nieve amontonada como personajes. En este caso, usé el genérico plural “ellos” porque eran entidades. Creo que usé eso, pero tendría que comprobarlo. Hay otros personajes, los que tienen nombre. Había uno en concreto llamado Sinervo, que en finés se usa más como apellido que como nombre. Pero al investigar vi que podía ser un nombre de mujer usado antiguamente.


A mi me ha sonado a hombre.

Yo ví que podía ser nombre de mujer. No sabía qué hacer. Si seguías lo heteronormativo, tenía que ser hombre, porque estaba casado con una mujer, con un personaje que en las ilustraciones iba con un vestido.


Pero tampoco tiene por qué serlo.

Exacto, tampoco tiene por qué serlo. Este caso me costó muchísimo. No sabía qué hacer, si poner dos personajes femeninos, uno de cada… Al final dejé que la editorial decidiera. Les di opciones de nombres tanto para hombre como mujer, y decidieron que fueran una pareja de hombre y mujer. Pero creo que hubiera sido interesante que hubiera sido otro tipo de pareja, pero quizá estaría añadiendo un matiz a la historia que no tiene el texto original en finés. Lo ideal es, cuando tienes tiempo, poder hablar directamente con el autor y comentarle tus dudas. Pero en este caso decidió la editorial.


¿Tienes pensado traducir algo más en el futuro?

Acabo de entregar otra traducción ahora mismo, pero es literatura adulta. Creo que saldrá el libro en mayo. También difícil de traducir pero por otros motivos.