Marc Sardà, estudiante de islandés: «Es fuego y hielo, tiene lo más salvaje y lo más virgen que existe»

Marc en un desierto de ceniza

Estudiante de islandés Marc Sardà lleva el mar en su sangre y a Islandia en su corazón. Originario de Palamós (Girona) , este capitán de remolcador en el puerto de Barcelona y nieto de pescador, sueña con capitanear un barco en Islandia. Ya conoce el país después de recorrer la isla caminando de norte a sur y ahora está profundizando sus conocimientos de islandés en Institut Nòrdic.   

Por Hannu Arvio 

Hiciste una caminata por Islandia del norte al sur. Es algo muy poco común, ¿qué te empujó a hacer eso? 

Antes de ir a Islandia había visto imágenes, vídeos, bueno lo típico, el volcán más famoso, el Eyjafjalla. Y una de mis pasiones principales es caminar, me gusta mucho andar. Siempre procuro andar, todos los días, me lo paso muy bien. Así que buscaba descubrir el país pero de otra manera. Y fue también un reto para mí, el ponerme a diseñar una ruta. Me marqué una ruta con un GPS con unos waypoints y dije mira, tengo todo el mes de agosto. Puedo llegar el día 5 de agosto a Islandia y tengo que volver el 30, ¿qué puedo hacer en estos 25 días de viaje? Y empecé a diseñar la ruta y me di cuenta de que en esos 25 días podía llegar del faro más al norte de Islandia hasta el faro más al sur. Y fue preparar todos los pertrechos, la comida, la energía solar, la tienda de campaña… y salir a la aventura. 

¿Fuiste solo?

Fui solo, sí. 

Son muchos kilómetros.

Creo que fueron 736km, más o menos.

El centro de Islandia es una zona despoblada, donde pueden varios días sin ver a otra persona.

¿Se puede decir ahora que conoces Islandia?

Puedo decir que la conozco de norte a sur, pasando por el centro de Islandia. Conozco bastante la zona donde no hay nadie. 

Y hubo un momento ahí en medio de la isla, sin nadie, sin contacto humano más que tu teléfono.

Sí, la verdad es que estuve creo que fueron 9 o 10 días sin ver a una persona. Hay un glaciar que se llama Vatnajökull y hay otro glaciar que se llama Hofsjökull, y creo que estuve una semana seguida andando que parecía que no avanzaba, porque en medio hay solo un desierto de ceniza y no hay nadie, solo la ayuda del GPS y bueno, la dirección. Y es cuestión de ir andando. Lo que pasa es que hay algunos momentos en el centro que se hacen bastante duros a nivel psicológico porque parece que no avanzas. Los glaciares son tan grandes, son tan inmensos a ambos costados, que parece que siempre estés en el mismo punto. No hay una variedad como en el sur de Islandia que cada dos por tres hay cascadas. No, ahí es un desierto puro y duro de ceniza y de lava, no hay nada más que esto. 

Estudiabas mucho la supervivencia, ¿cómo se hace esto? ¿qué hay que llevar? ¿dónde consigues ayuda si pasa algo?

Soy marino mercante, en mi profesión tenemos una serie de ejercicios que se llaman supervivencia en el mar, enfocados al mar, pero también tenemos primeros auxilios, por lo que puedo actuar en caso de que haya una emergencia. No solo un incendio o si hay un salvamento, pero si me hago daño sé cómo curarme. Llevaba todo lo necesario encima de mí. Una mochila con casi 18 kilos y dentro llevaba desde mi tienda de campaña con mi saco de dormir hasta mi comida liofilizada. Solo hace falta encontrar una fuente de agua y tener un camping gas, un sistema que se llama jet boil que te permite hervir el agua. Añades el agua hirviendo a la comida deshidratada y en 5 minutos la tienes, no son manjares pero puedes alimentarte sin problemas. Y también, sobre todo para cargar el móvil en caso de que haya una emergencia o el GPS, una placa solar portátil  que llevaba normalmente encima de la mochila.

¿Fue tu primera vez en Islandia? 

Fue la primera vez, sí. 

Se puede decir que fue una aproximación al país bastante profunda. ¿Tu idea de Islandia antes de ir era una cosa y después era otra cosa? 

Sí, nada que ver. La verdad es que iba con la ignorancia de visitar un país del que solo había visto mapas guiándome por unos waypoints. Decía «quiero pasar por aquí» sin conocer realmente lo que me encontraría. Al final me enamoré perdidamente, creo que es mi sitio preferido en el mundo. He tenido mucha suerte de viajar por todo el mundo, he visto muchas cosas pero creo que lo que sumó al reto en sí fue ver lo que vi y vivir lo que viví. Fue algo completamente salvaje. O sea, no hay… desde los temporales a… es que no sé, yo creo que tienes que vivirlo, tienes que estar ahí. Y no solo tienes que pasarlo bien. Hay momentos en que no lo pasas muy bien, en que pasas frío, que pasas hambre, que tienes dudas. No tiene nada que ver mi visión a priori con lo que viví y con lo que ahora me recuerda. 

¿Lo repetirás?

Sí. Hablé con Helga (profesora de islandés de Institut Nòrdic) el otro día en Kaffè&Parlå y le dije que me gustaría mucho irme al menos un año a vivir a Islandia y me gustaría volver a hacer la ruta de norte a sur y de este a oeste, que es la que me falta. Una vez que llegue a Vík, que es uno de los pueblos que está al sur, seguir hacia el este y luego cruzar hacia los westfjords. Esto me va a tomar tranquilamente tres o cuatro meses. 

El paisaje de Islandia tiene desde glaciares de hielo hasta el sol de medianoche, pasando por desiertos de ceniza provocados por los volcanes.

Allí tienes un plan, una ilusión. 

Tengo una ilusión, sí, tengo un sueño que es volver a cruzar de norte a sur y hacerlo también de este a oeste. Con la experiencia de haber hecho ya más de un trekking de estas características.

Y luego tardaste un poco en estudiar islandés.

Si, utilizaba una app que se llama «tus clases particulares», no conocía Institut Nòrdic, y encontré solo un profesor de islandés en Barcelona y nunca pude contactar con él. Con el trabajo y con otros proyectos personales que tenía en marcha pues lo fui dejando un poco. Y la verdad es que ahora con el tema del coronavirus y encontrar por casualidad que se volvían a hacer clases en Institut Nòrdic de islandés volví a coger esta pasión que tenía escondida. Un poco dormida, por así decirlo. Y ahora estoy completamente loco, ido. Es que me iría ahora mismo. 

Loco por Islandia, el islandés… 

Sí, por todo. Yo creo que con la aproximación que hemos tenido en clase de poder empezar a decir algunas frases, de al menos poder preguntar cuatro cosas, que ya no es el hecho de ir solo con el inglés, no sé. Que haya solo 350 000 personas que hablan islandés, y tú puedas ser uno de ellos, que tú puedas comunicarte con ellos, es muy especial. 

En Islandia hay numerosas cascadas, alimentadas por el deshielo de la primavera.

¿Tienes algún plan a la larga para ir a Islandia? 

Sí, me gustaría cogerme una excedencia en el trabajo, que por suerte puedo hacerlo, de dos añitos, y al menos estar un año en Islandia. Me gustaría mucho estar en la zona de Akureyri o Húsavík, en el norte de Islandia. Y poder trabajar de lo mío, a ver si hay alguna opción de poder llevar barcos, algún ferry. Lo que más me gustaría sería poder trabajar en el avistamiento de ballenas, el whale watching, me tira mucho la ilusión de embarcar con algo de estas características. 

Tú eres una persona de mar 

Sí, mi abuelo era pescador y yo desde pequeño he estado con él 

Ahora tu trabajo está en el mar Mediterráneo pero tu pasión está en el norte del Atlántico. ¿Estos dos mares se parecen?

Nada, nada que ver. Dicen que el Mar Mediterráneo es como una bañera en comparación con el Atlántico y ya no hablemos del Atlántico norte. Pero bueno, también he sufrido temporales aquí en el Mediterráneo navegando. El mar es para mí una pasión de vida y tiene algo que me atrae. Es algo que no se puede explicar, como metafísico, es algo muy primario, muy distinto. Helga me comentó también que al final Islandia no deja de ser una isla y los islandéses siempre han sido gente muy de mar, tengo esta parte en común con ellos y creo que puede haber opciones

El remolcador en el que trabaja Marc. (Foto de Juan Estruch).

Entonces podría ser que te vieras en un futuro no tan lejano trabajando y viviendo en Islandia.

Sí, yo me he dado un margen de dos años. Me gustaría en 2023. Primero quiero aprender el idioma, no tengo prisa y quiero hacerlo bien y sí, cuando llegue el momento en que domine el idioma ir allí a intentarlo. Al menos un año, creo que de los dos años de excedencia puedo pasar al menos un año en Islandia, sobre todo una parte viajando pero también me gustaría trabajar y conocer a más gente. Porque tampoco vi a mucha gente, y mucha gente de la que conocí también eran turistas que no hacían lo mismo que yo pero sí hacían cosas parecidas. Algunos hacían el viaje en coche, hacían el viaje en bicicleta, había gente también andando, pero no dejaban de ser turistas.

Volviendo al tema del idioma, ¿cómo lo llevas? 

Estoy expectante porque me resulta difícil, sobre todo el tema de las declinaciones. Y el hecho de que en español o en catalán cuando queremos cambiar de género pues cambias la o o la a y claro, en islandés pasa igual, pero luego tienes el neutro, depende de qué objetos sean que aquí son masculinos ahí son femeninos o son neutros, entonces tienes que conocerte las palabras, las declinaciones… Es complicado, pero estoy contento porque estamos aprendiendo mucho, tenemos un grupo muy bonito, muy dinámico, y la gente también es muy proactiva y yo creo que lo podemos sacar muy bien adelante. Con paciencia. 

Marc quiere repetir la ruta de norte a sur, y hacer otra de este a oeste.

Ahora somos el único centro que da clases de islandés en España y sois 27 estudiantes de islandés en este momento. ¿En tu clase ves gente como tú, con esa pasión? 

Sí, tengo una compañera que creo que ha estado más de diez veces y este año vuelve. Es gente de diferentes edades, la mayoría alrededor de 30-35 años. Hay bastantes que no han visitado el país, y quieren hacerlo por primera vez, hay gente que ha ido recurrentemente, y hay incluso una persona ya viviendo allí con su pareja. Un compañero de clase ya está viviendo en Reikiavik, entonces bueno, mucha envidia, mucha envidia sana. Pero yo creo que más o menos buscamos algo parecido, sino descubrir, poder entablar conversaciones con la gente, conocer la cultura y hacerlo desde la seguridad de saber lo que estás diciendo. Creo que esto es algo muy importante. 

¿Qué es lo que te atrae tanto de Islandia? ¿Cómo te sientes en ese país? 

En una palabra es instinto primario. No soy una persona creyente ni tampoco soy una persona muy espiritual pero sí que es verdad que fue algo tan salvaje que me despierta todos los instintos primarios. Es que es fuego y hielo, tiene lo más salvaje y lo más virgen que existe. Esto para mí despierta un instinto primario que no he vivido nunca. Creo que tendría que irme a la Antártida. Incluso estuve en Patagonia y fue espectacular, pero es que no puede compararse. No lo sé es que ni me salen las palabras, fue algo muy primario, muy salvaje.

Te deseo mucha suerte con las clases, con el islandés, estás en buenas manos y espero que puedas ir tras tu sueño lo antes posible.

La verdad es que tengo muchas ganas, sí, voy a luchar por ello. Sin duda.