Angel Romero, estudiante de finés: “Soy muy finlandés en muchas cosas”

De Ciudad Juárez a Tampere pasando por Institut Nòrdic. Angel Romero se muda a Finlandia con la idea de vivir allí como un finlandés. En esta interesante entrevista nos cuenta su opinión sobre el finés y Finlandia.

 

¿Cuál fue tu primera impresión cuando escuchaste el finés?

Sentí que era un idioma que no se parecía a nada de lo que había oído antes. Lo veía muy complicado y con palabras muy muy largas.

Ahora llevas estudiándolo un par de años. ¿Ha cambiado tu opinión? 

Ahora lo veo más sencillo de lo que me pareció en su momento, quizás porque he tenido contacto con el idioma a nivel personal y eso me ha ayudado bastante. Ya no se me hace tan complicado, aunque lo es.

¿Cuál es el secreto para aprender finés? 

Creo que es importante tener a alguien con quien practicarla pareja, amigos… A mí también me funcionó ver películas en inglés o en español con subtítulos en finés y, en general, todo aquello que permite adquirir vocabulario. Puedo entender muchas conversaciones porque entiendo más o menos el vocabulario utilizado.

Empezaste a aprender finés porque tu pareja es finesaAhora estás preparando la mudanza para ir a Tampere. ¿Pensabas que acabaría ocurriendo eso? 

Cuando mi novia y yo nos conocimos hace casi 7 años, no pensé en ello, pero al año siguiente ya sí. Quería estar con ella y pensé que en un futuro lo más probable es que nos fuéramos a vivir a Finlandia. De hecho, al casarnos ya lo tuve claro.

¿Así que ya tenías claro que podrías vivir en Finlandia?

Sí, lo tenía claro porque la conocí allí. Viví allí dos meses, y aunque fue en verano, la cultura me gustó como para planteármelo.  

 Los mismos finlandeses dicen que Tampere es la ciudad donde les gustaría vivir. Es una ciudad que goza de muy buena fama. ¿Tú lo has notado, en Tampere? 

Sí. Tampere fue la primera ciudad que conocí de Finlandia, donde estuve dos meses. Es más pequeña que Helsinki, pero lo sigues teniendo todo y hay menos tráfico, menos jaleo, y es más barata. Estar cerca de los lagos es un punto a favor. Además, es un lugar con un gran tejido empresarial y trabajo abundante en mi sector, el de la ingeniería.  

¿Qué le atrae de Finlandia a un mexicano de Ciudad Juárez? 

Me atrae mucho el tema de la organización. En mi país no hay demasiado orden y yo soy una persona muy organizada. Cuando viví en Alemania ya lo experimenté y me sentí muy cómodo. En Finlandia las reglas funcionan, los trámites funcionan. Para mí, Finlandia es sinónimo de orden y eficiencia. Se pagan impuestos, pero se ven reflejados en la vida diaria.  

¿Aspiras a integrarte como un finlandés más y obtener la nacionalidad? 

Sí, de hecho, ya me he informado sobre el tiempo que necesito para obtener la nacionalidad finlandesa, y obviamente uno de los requisitos es el finlandés. Después de 4 años, que es lo que necesito, no debería de haber ningún problema para pasar el examen. 

 ¿Te gustan las costumbres finlandesas? 

No he esquiado nunca, pero me gustaría probarlo. Por el resto, soy muy finlandés en muchas cosas. De hecho, soy un adicto al avanto (nadar en invierno en un agujero en el hielo).  Cuando voy a Finlandia siempre me atrevo, haga el tiempo que haga. También me encanta ir a buscar setas al bosque. Estoy adaptado porque voy muy a menudo a Finlandia. 

 ¿Te ha sorprendido haberte adaptado tan rápido? 

Sí, he cambiado mucho mi mentalidad, incluso hasta en cuestiones religiosas. En Finlandia casi toda la población es luterana o agnóstica. Yo soy católico, pero cada vez me hago más liberal en ese aspecto. En México es impensable que te puedas casar en una misma boda con un sacerdote católico y uno luterano. Esas cosas te abren los ojos y te hacen ser más abierto.  

 Te vas a Finlandia habiendo conseguido ya trabajo allí, ¿verdad? 

Sí, he conseguido trabajo en una empresa sueca, Sandvik, que se encuentra también en Finlandia. En todo caso, es una empresa nórdica.  

¿Qué expectativas tienes? 

Va a ser un reto profesional, porque supone avanzar respecto a lo que hacía aquí. Pero también lo va a ser en otro sentido, no tanto por el idioma, porque trabajaré en inglés, sino por la adaptación al ambiente laboral. La cultura empresarial es más abierta. Aquí en la empresa en que trabajaba eran muy tradicionales y allí son muy innovadores, lo que es nuevo para mí. Además, aunque me voy a una empresa internacional, muchas de las personas que hay allí son fineses y hablan en finés, lo que me obligará a aprenderlo mejor para integrarme. También me apuntaré a los cursos que ofrece la empresa para aprender el idioma, algo que considero muy positivo. 

 ¿Cómo son las condiciones laborales que te han ofrecido? 

Son mejores que las de aquí. Hay excepciones, claro, pero en general los salarios son más elevados que en España.  A parte de eso hay muchas ventajas sociales. En la empresa a la que me voy me entregan una tarjeta para actos culturales, que se puede usar para ir a conciertos y eventos. Además, esta empresa cuenta con gimnasio, algo que parece ser habitual en Finlandia. De hecho, tenemos hasta una piscina.  

 ¿Crees que contarás pues con un poder adquisitivo elevado, teniendo en cuenta los salarios y el precio de la vida? 

Sí, muy elevado. Soy afortunado por contar con buena educación y experiencia en poco tiempo y siento que voy a un lugar donde tendré un poder adquisitivo mayor del que imaginaba, porque de los empleos que me ofrecieron este supera de sobras el límite respecto a lo que estaba buscando.