Mar es una filóloga española que vive en Turín (Italia), estudia sueco y está orgullosa de las tres culturas en las que está sumergida: española, italiana y sueca. Tiene una amplia perspectiva para observar y opinar sobre lo que es estudiar sueco, sobre las gentes del norte y sur y, especialmente, sobre lo imprescindible que es saber idiomas para integrarse en todo lo que te rodea. Sueña con mudarse en algún momento a Suecia, país que considera en muchos aspectos idílico. No te pierdas esta entrevista que es de gran interés para cualquier persona que cruza entre culturas.
Por Hannu Arvio
Hannu: Mar, eres filóloga y de Barcelona. Das clases de español en Turín, Italia. Entonces, ¿por qué estudias sueco?
Mar: A ver, estudio sueco porque es verdad que soy de Barcelona y vivo en Turín, pero estoy casada con Piero que es mitad italiano, porque su papá es de aquí, del Piamonte, y mitad sueco, porque su madre viene de Suecia.
Hannu: Por lo que deduzco, tienes un proyecto de acercamiento a tu familia política.
Mar: Sí, exactamente. Cuando vine a vivir a Italia tuve la suerte de tener, por un lado, una suegra extranjera. Ella vino a Italia en 1969 y hubo momentos en los que no lo pasó tan bien. Por este motivo ella intentó integrarme en la familia para que yo no sintiera la nostalgia de estar fuera de casa y lejos de mi familia. Y así fue como poco a poco empecé a entrar en las tradiciones y costumbres suecas.
Hannu: Hablemos más de tu situación personal. Vives en Italia desde hace mucho tiempo, ¿verdad?
Mar: Sí, desde 1999.
Hannu: Unos 25 años.
Mar: Sí, 25 años.
Hannu: Tienes a tu familia en Barcelona, una parte de la familia de tu marido está en Suecia… de alguna manera, ¿se puede decir que “tienes” 3 países?
Mar: Sí. Puedo decir que seguramente mi país principal será siempre donde está mi casa, donde está mi familia. Por ejemplo, Barcelona. O el pueblecito de Almería donde vive mi madre. Italia porque me ha acogido muy bien. Y luego Suecia porque me ha enseñado más cosas. Me gusta muchísimo la tranquilidad de Suecia, me gusta mucho la educación de los suecos… Siempre ha sido muy diferente de lo que es la vida aquí en Italia. Por ejemplo, aquí conducir es estresante, hablar siempre con mucha gente también es estresante… En Suecia he aprendido un poco a disfrutar de las cosas. Disfrutar, por ejemplo, de sentarme en el porche de la pequeña cabaña de Piero a leer un libro, a disfrutar de la naturaleza… Y seguramente entrar en una cultura completamente diferente a la que era la mía. Por ejemplo, al principio yo soy mucho de dar besos cuando conozco a una persona. Obviamente, en Suecia no era así. Pero ya el hecho de que ellos saben que soy así, pues ahora es que si veo a Ulrika, que es la prima de Piero o veo a su hija, pues yo los abrazo y los beso y para ellos ya es normal, para ellos Mar es así.
Hannu: De alguna manera, tú has llevado una parte mediterránea a Suecia.
Mar: Absolutamente sí. Yo creo que sí.
Hannu: Disfrutas mucho de ese triángulo de países.
Mar: Sí, sí.
Hannu: ¿Qué es lo que te aporta como persona, sobre todo en tu día a día?
Mar: Sí, a ver. La cultura española la tengo siempre muy presente sobre todo porque enseñando español en Turín siempre estoy hablando español, siempre hacemos referencia a las costumbres, tradiciones, literatura… y obviamente es mi refugio, en el sentido que cuando necesito, no sé, un apoyo un poco más íntimo pues llamo a mi madre. Es mi recuerdo y lo que me da un poco de seguridad. Italia, obviamente, me ha dado muchísimas cosas nuevas. Vivir en un país que es realmente precioso desde el punto de vista cultural. Estar con Piero obviamente me hace ser feliz. Vine aquí en el año 99 y todavía estamos juntos, por lo tanto es una cosa muy importante para mi. Y Suecia me ha dado algo que nunca había conocido, y que realmente me gusta hasta tal punto que quizá, si pienso en mi jubilación algún día, me gustaría vivir en Suecia. No me asusta la poca luz o el frío. Me gustaría mucho.
Hannu: Hagamos un juego imaginativo. Volvamos atrás. Si hubieras tenido la posibilidad hace 25 años de ir a Suecia en lugar de Italia, ¿cómo sería tu vida ahora? Supongo que tendrías el mismo triángulo de 3 países.
Mar: Yo creo que seguramente habría sido diferente, pero con la experiencia que ahora tengo de haber vivido tantos años en Italia, al pensar en cómo habría podido ser en Suecia, seguramente en Suecia hubiera sido una vida más tranquila, quizás de más calidad de vida, menos estresante. Pero siempre visto desde el punto de vista de vivir en una pequeña localidad donde el trabajo está cerca de casa. Me habría gustado una vida más sencilla, sin tener que correr siempre. Me imagino una casita en el bosque, siempre como profesora de español, porque ser profesora me gusta mucho, pero viendo las cosas quizás de una manera mucho más tranquila. Seguramente hubiera visto las cosas de otra manera. Me hubiera gustado más, yo creo. Si tengo que pensarlo… Muchas veces se lo digo a Piero. Él dice que Barcelona es muy caótica, entonces no le gusta. Pero si yo pudiera, incluso ahora, y si tuviera la seguridad económica de poder vivir en Suecia, yo no tendría ningún problema. Preferiría incluso vivir en Suecia que en Italia.
Hannu: Entonces, sabiendo este sueño que tienes, ¿es una de las razones por las que empezaste a estudiar sueco hace tres años?
Mar: Sí, a ver. La primera cosa que me motivó a estudiar sueco es el hecho de que Piero habla muy bien español. Yo quería demostrarle cómo de importante para mi son sus orígenes. Entonces yo pensé que se lo debía, para mi era una muestra de respeto hacía lo que es Piero para mi. Y al mismo tiempo fue también esta idea de que saber sueco me daba la posibilidad de hablar con la familia de Suecia y quizás de tener siempre una puerta abierta para en un futuro poder ir a vivir allí.
Hannu: Ahora estás en el nivel B1. ¿Crees que tus estancias en Suecia con la familia de Piero han cambiado?
Mar: Sí, ha cambiado porque ellos están muy orgullosos del hecho de que yo haya querido estudiar su lengua cuando en realidad no era necesario ya que siempre se puede utilizar el inglés. Ellos siempre me han tratado muy bien, siempre he sido una más de la familia. Pero ahora, lo que ha cambiado en mi realmente, es el hecho de estar en una mesa y, a ver, no tengo todavía mucho vocabulario, pero ya entiendo cosas, ellos me hablan en sueco y puedo responder un poquito, entonces es como si fuera un poquito más sueca. Es como si pudiera participar activamente en la vida que hago cuando estoy en Suecia.
Hannu: Y sobre el idioma en sí. Ahora ya has hecho la gramática básica, aunque aún te queda, ¿cómo ves el sueco desde tu punto de vista de profesora de idiomas?
Mar: A ver. Efectivamente al principio me di cuenta que, desde el punto de vista gramatical, el sueco era, no quiero decir fácil, pero seguramente menos complicado que de lo que ha sido aprender la gramática italiana o española. Pero me doy cuenta que el vocabulario es inmenso y completamente diferente a lo que es mi lengua de orígen. Y la pronunciación. Pero veo que es necesario hablar, ver películas, leer… Es necesario aumentar el vocabulario. Yo creo que se aumenta más vocabulario cuando tu ves que puedes empezar una conversación y entonces es cuando te animas a saber muchas más cosas.
Hannu: En Institut Nòrdic decimos que para aprender un idioma hay que ir a clase, hacer los deberes, estudiar, aclarar dudas… pero, a parte de eso, hay que tener un proyecto que es lo que aumenta tus posibilidades de comunicarte y vivir en sueco. Ese proyecto para ti obviamente es tu familia. ¿Has abierto alguna otra cosa en ese campo?
Mar: No, por el momento no. Para mi estudiar sueco es acercarme más a mi familia sueca y es sobre todo una gran satisfacción. El haber pasado de no entender nada a poco a poco entender más cosas… para mi sería realmente una cosa muy bonita, no digo hablar como lo hago en español, pero sí mantener pequeñas conversaciones interesantes. Para mi perfeccionar mi sueco es como mejorar mi situación familiar con Suecia.
Hannu: Sí, y seguramente te ven con otros ojos.
Mar: Sí. Es que están muy contentos. Cada vez que tengo que hacer un vídeo, o escribir un texto, o cuando canto la canción de “feliz cumpleaños” a alguien, es como una fiesta. Están muy orgullosos de mí, de este pequeño recorrido que estoy haciendo.
Hannu: Me alegro mucho. Entonces, como profesora de español, ¿el hecho de estudiar sueco te ha hecho pensar en cómo das las clases de español?
Mar: Sí, siendo yo ahora una alumna de lengua extranjera, me he dado cuenta de que muchas veces las clases de lenguas extranjeras se han basado mucho en la gramática. Pero me he dado cuenta de que es mucho más importante aprender la gramática a través del oral, de los textos, de la lectura, que no una gramática pura. Seguramente el poder ser alumna en este momento me ha hecho ver que haciendo las clases más interactivas, dinámicas, los chicos aprenden mucho más. Porque es más divertido y ves las cosas en el momento. No tienes que aprender la gramática. Tú ves cómo hablan, cómo se mueven en diferentes ámbitos o temas y entonces es más fácil.
Hannu: ¿Hay mucha diferencia entre las metodologías de cómo se enseña el español y el sueco?
Mar: No, ahora más o menos todas las escuelas han aplicado esta manera de enseñar bastante dinámica, por ejemplo con la pizarra interactiva. Eso hace que las clases sean más dinámicas. Quizá la diferencia que veo es que siendo la gramática española una llena de irregularidades, muchas veces los profesores nos basamos en que se aprenda la irregularidad, cuando en realidad a veces hablando más se aprende sin darte cuenta. A veces le pregunto a Piero por qué algo se dice de cierta manera en sueco, y él me responde que no lo sabe, que simplemente lo ha aprendido así. A mi me gustaría llegar a esto, a que un chico cuando aprende español diga que usa un verbo porque es así, sin tener que dar muchas explicaciones.
Hannu: Si seguimos hablando del sueco, ¿hay algo específicamente complicado a parte de la pronunciación o el vocabulario?
Mar: Yo creo que eso es una cosa típica española. Creo que en España, yo que soy de 1975 y ya tengo 48 años, cuando se aprendía una lengua extranjera, se le daba mucha importancia a la gramática. Y esto ha hecho que veamos la pronunciación de las cosas como algo muy complicado, porque no nos han enseñado efectivamente a darle la importancia necesaria a esa parte de la lengua, que en realidad es la más importante, ya que es a través de la fonética que tú luego podrás hablar. Me he dado cuenta que leer en voz alta o ver películas en versión original es lo que me hace abrir el oído, escuchar bien la pronunciación, porque es quizá lo más difícil para mí.
Hannu: Quizás pasa en España por el doblaje (de series, películas…).
Mar: Sí, exactamente. El hecho de que tengamos todas las películas dobladas al español hace que nuestro oído no esté habituado a escuchar lenguas extranjeras. Por mucho que yo sepa como se pronuncia la ö en sueco, a veces intento decirlo pero se me olvida. Eso es una de las cosas que me está ayudando más a la hora de enseñar español: hacer ver a los chicos que las diferencias fonéticas entre el español y el italiano son lo más complicado pero lo más importante que aprender al principio.
Hannu: Quería comentar contigo el aspecto norte-sur. Tú estás posicionada muy fuertemente en el sur (Italia-España), pero también tienes esa parte de la Suecia rural. Supongo que has enfrentado los valores nórdicos y los mediterráneos. ¿Ves diferencias?
Mar: Sí, y en este punto mi opinión es que en el norte son mejores en el sentido que en el sur quizá somos personas muy abiertas, siempre con muchas ganas de reír. Pero lo que he notado en el norte es la amabilidad de las personas. No quiero decir que en el sur no seamos amables, pero quizás es la manera de vivir en estas zonas rurales más pequeñas. Por ejemplo, voy a un supermercado en Suecia, estoy buscando un producto y veo a un chico. Le pregunto dónde está ese producto y me acompaña hasta el lugar. Y me dice que si necesito algo más no dude en llamarlo. Si esto te pasa en Italia o España, el chico te responde que no tiene tiempo. Lo que he encontrado en Suecia, que quizás es lo realmente que me ha enamorado más, incluso más que la lengua, es el hecho de que hay una amabilidad que aquí no la tenemos.
Hannu: ¿De dónde viene esa amabilidad? ¿Es por que tienen más tiempo o por que son así?
Mar: Yo creo que la amabilidad sueca o nórdica… No sé cómo explicarlo. Yo creo que cuando vas a Suecia, la gente tiene un espíritu de nacionalidad sueca muy fuerte. Ellos están muy orgullosos de lo que son. Y sabiendo bien quién eres, conociendo bien tus tradiciones, puedes mostrarte al mundo de la mejor manera posible. Yo creo que esta es la característica. Ellos tienen una identidad propia que defienden y sobre todo de la que están orgullosos, y cuando viene alguien de fuera, muestran esa amabilidad y cordialidad. Es como decir que ellos son así porque no porque haga frío y en invierno esté oscuro tengan que ser personas oscuras. Todo lo contrario, yo creo que es mostrar a las personas de fuera la verdadera esencia sueca: la amabilidad, hacerte partícipe de sus tradiciones y cultura porque ellos están orgullosos de ello.
Hannu: Gracias, ha sido una muy buena definición. Tengo una pregunta más. Se dice mucho en el sur de Europa que los nórdicos somos fríos. ¿Es un mito o tiene algo de verdad?
Mar: Yo creo que tiene algo de verdad, pero no creo que sea “frío” de alguien que no tiene sentimientos, si no de ser una persona reservada. Una persona que tiene sus sentimientos pero no los manifiesta de manera tan espontánea como la gente del sur. Un ejemplo. El “calor” del sur es decir que tienes muchos amigos, cuando en realidad tienes muchos conocidos. La “frialdad” de los suecos son los verdaderos amigos. No sé cómo decirlo. Nosotros, quizás porque somos del sur de Europa, pensamos que el amor, la amistad se demuestra a través de besos y abrazos, cuando en realidad son los hechos los que cuentan. Sí son un poco más “fríos” pero porque son diferentes a nosotros. Nosotros somos muy espontáneos, quizá demasiado, y ellos son un poco más reservados, pero no quiere decir que no demuestren el afecto.
Hannu: Quizás hay que definir qué es ser frío.
Mar: Claro, exactamente. No sé si es también porque al vivir en zonas donde hace tanto frío, a lo mejor están más acostumbrados a estar solos. No lo sé. Los suecos no son fríos, simplemente tienen una manera diferente de expresar sus sentimientos.
Hannu: De hecho en las fotos que nos has enviado para la entrevista hay muchos hechos, incluso sin personas, hay hechos que demuestran cariño de alguna manera. Una barquita preparada para usar, pasteles en una cocina… Estás en ese mundo agradable, que se ve muy amigable. No sé qué temperatura debía haber fuera, pero (esas fotos) no muestran ningún tipo de frialdad.
Mar: Yo tengo que decir que por parte de mi familia sueca, en ningún momento desde 1999 he tenido ningún episodio en que haya un poco de frialdad hacia mí. Es todo lo contrario. A mi me gusta la nieve y estuve una vez en Navidad, que me encanta, y me llevaron a hacer una ruta por todas las casas decoradas de Navidad para que viera el sentimiento de Navidad sueco. Me gustan los arándanos, pues me llevan al bosque a recoger arándanos y me preparan pasteles de arándanos. Me gusta la carne de alce, pues me la preparan de cualquier manera. Cualquier cosa que ellos saben que a mí me puede gustar, me la hacen no una vez, si no las que hagan falta. Es lo mismo que hizo Anita cuando llegué aquí a Italia. Intentaron arroparme para que me sintiera en casa, y hacen lo mismo cuando voy a Suecia.
Hannu: Y eso se hace a través de hechos.
Mar: Sí. Me acogen y eso lo veo cuando vienen a vernos y cuando organizan cualquier cosa para que yo pueda participar en lo que es su vida de cada día y ser una más de la familia.