Laia San José Beltrán, @thevalkyriesvigil: «Hoy en día, la huella vikinga está super presente»

Vikinga de alma, esta historiadora se puso manos a la obra para quitar prejuicios y aclarar quién fueron realmente los vikingos. Laia usa todos los medios a su alcance: desde escribir libros hasta publicar videos en las redes sociales para que el mundo real y la mitología de los del norte llegue a un público lo más amplio y variable posible. El 17 de octubre se publica “La huella vikinga”, su nuevo libro de temática vikinga. En esta entrevista detallada hablamos sobre su trabajo, los vikingos, su experiencia estudiando sueco en Institut Nòrdic y los países nórdicos. Una lectura interesantísima para todos los amantes del norte.

Por Hannu Arvio

Hannu: Laia, eres historiadora, escritora especializada en vikingos y en mitología de los países nórdicos. Además has colaborado en la creación de series y videojuegos. En tu currículum tienes una larga serie de colaboraciones relacionadas con los vikingos. ¿De dónde surge este interés por la historia del norte?

Laia San José: Es la pregunta del millón, porque me la hacen siempre. Es raro (risas). A mi siempre me habían llamado mucho la atención. Por ejemplo, cuando yo era pequeña, como era muy rubia y siempre andaba haciendo maldades por el pueblo con mis amigos, mi padre siempre decía que era una vikinga. Yo creo que eso ya me marcó. Y luego, de más mayor, me gustaba mucho todo el mundo de fantasía: El señor de los anillos, las películas de vikingos, la literatura sobre vikingos… Empecé leyendo sobre vikingos en la cultura popular, es decir, vikingos que no son demasiado reales, pero luego, durante la carrera (estudié Historia), siempre quise hacer algún trabajo sobre vikingos. Yo recuerdo que les preguntaba a mis profesores si podía hacer trabajos sobre mitología nórdica, sobre la cristianización de Escandinavia… Y siempre me decían que no, porque no había fuentes o porque no les interesaba. Entonces, cuando acabé la carrera, empecé un máster de métodos y técnicas de investigación, y empecé a buscar por mi cuenta y a formarme, con todo lo que había aprendido en la universidad, porque obviamente la universidad te da todas las herramientas para que tú luego investigues lo que quieras. Y dije: “ya que no lo he podido hacer en clase, lo voy a hacer ahora”. Y lo hice por hobby, pero luego explotó la cosa.

 

Hannu: ¿Qué es lo que lo hizo explotar?

Laia San José: La serie Vikingos, de History Channel. Para mi fue muy importante porque yo entonces acababa de terminar mis estudios, no sabía muy bien lo que quería hacer, trabajaba de otra cosa que no tenía nada que ver con la historia… Mis amigos sí que sabían que a mi era una cosa que me gustaba mucho, que había leído muchos libros, y me preguntaban si lo que salía en la serie era verdad, si lo que hacían los personajes era real… Así que empecé un blog y creé perfiles de redes sociales donde iba poniendo “pildorillas” (de información). Al principio hacía referencia a capítulos (de la serie) y cosas que salían en ellos. Pasé de hacer eso a hacer análisis. Colgaba análisis históricos de cada capítulo de la serie Vikingos en mi blog. Y la gente leía cosas que a mí en Word me habían ocupado 10 o 15 páginas. Era una locura. Empezó como hobby, lo compaginaba con mi trabajo, y luego poco a poco fueron surgiendo oportunidades cómo escribir un libro, participar en una serie de libros y más cosas, y llegó un momento que sí que era un poco incompatible, trabajo y todo lo demás, así que decidí enfocarme más en esto a ver si iba a algún sitio.

Laia empezó a interesarse por el mundo vikingo desde niña

Hannu: Hoy en día tienes unos 35000 seguidores en Instagram. Muy fieles. Parece que mucha gente está interesada en el mundo de los vikingos y la mitología nórdica, pero sobre todo en la manera en la que lo explicas. De cierto modo, ¿explicar la historia está saliendo de los libros y saltando a las redes sociales?

Laia San José: Sí, y muchas veces somos las mismas personas que investigamos las que cogemos nuestras investigaciones más académicas y las traspasamos a un público más amplio. Yo soy historiadora pero también divulgadora, y lo que me gusta de la divulgación es saber en cada momento lo que vas a contar y a qué público se lo vas a contar. En función de la audiencia a la que te vas a dirigir, adaptas el discurso a un formato u otro. No es lo mismo hablar de vikingos a gente que sabe que a gente que no sabe. No es lo mismo ir a hablar de vikingos a un instituto con chavales de 15 años que contárselo a un público más adulto. No es lo mismo hacer un vídeo que redactar un artículo para una revista. Es coger lo que hay en los libros, coger el conocimiento que genera la academia en las universidades, pero sin desvirtuar el contenido. El contenido sigue siendo riguroso y académico, pero moldeado en función de cómo y a quién se lo vas a contar. Hay muchísima gente muy interesada en historia de los países nórdicos y los vikingos, y en historia en general, pero creo que hacía falta que llegase gente a sacar lo que hay en los libros o en artículos académicos o en los congresos y contárselo a la gente de otra forma que le pueda enganchar e interesar. Al final no todo el mundo tiene ganas de leer un libro de 1000 páginas sobre cualquier tema. Hay gente que quiere saber cosas de forma más rápida o con un vídeo. 

 

Hannu: Quizás quieren tener una primera impresión de las cosas.

Laia San José: Yo siempre lo digo, hago cosas más o menos sencillas que puedan gustar a todo el mundo. Mucha gente a veces me comenta que me dejo cosas, pero es que son vídeos de un minuto y medio donde no puedo contarlo todo. Pero siempre la divulgación es una puerta de entrada muy interesante para que luego la gente quiera leerse un libro o incluso apuntarse a la universidad para estudiar una carrera de historia especializada en algún periodo que le gusta.

 

Hannu: ¿Crees que las redes sociales deberían formar parte de los estudios de historia hoy en día? 

Laia San José: Yo creo que las redes sociales son una plataforma muy interesante para llegar a cualquier tipo de público. Sobre todo si quieres que tu contenido salga de tu círculo. Creo que las redes sociales son una muy buena plataforma para mi, que soy historiadora independiente y lo que hago es crear mi trabajo. A mi las redes sociales me sirven como un currículum: yo cuelgo mis vídeos, mis cosas… De redes sociales solo no se vive. Tú vives luego de que te contrate gente para hacer cosas como cualquier profesión freelance, liberal. Al final, si no hubiese redes sociales, yo no estaría hoy aquí y no le podría estar enseñando a la gente lo que hago ni podría estar trabajando. Pero igualmente, si eres profesor o profesora universitario, o eres alguien que se dedica a la investigación, las redes sociales también son muy importantes para que tú le puedas comunicar a todo el mundo lo que estás haciendo. Porque tu conocimiento en la universidad es super importante, pero se queda dentro de la universidad. Para mi, poder mostrarle a todo el mundo en general lo que tú haces en las redes sociales, también es una forma de poner valor a tu trabajo como investigador dentro de la universidad, para que la gente sepa de dónde sale y cómo se genera el conocimiento, lo que cuesta publicar un artículo. Es cierto que (las redes sociales) son un poco un arma de doble filo, pero bien usadas son una plataforma que antes no teníamos, y se nota. 

Hannu: El 17 de octubre sale a la venta tu libro La huella vikinga. Quería preguntarte sobre “la huella”. Creo que es una pregunta super amplia pero, ¿qué es la huella vikinga para nosotros? 

Laia San José: El libro no se iba a llamar así al principio, no sabíamos cómo se iba a llamar. Me contactó mi editora y me preguntó si me apetecía escribir otro libro. Yo ya escribí un libro hace unos años, un libro sobre la serie Vikingos en la que explicaba a la gente qué era lo que salía en ella. Y le propuse hacer algo sobre vikingos en la cultura popular. Por ejemplo, qué ha usado Tolkien sobre los vikingos para crear personajes para El señor de los anillos, o cómo los ha usado Martín para hacer personajes de Canción de hielo y fuego, por qué a Wagner le “flipaban” los vikingos, incluso por qué sigue habiendo hoy en día grupos de extrema derecha que se identifican con los vikingos. Escribiendo el libro, hubo una frase, una introducción, en la que yo puse que fueron una parte de la historia que duró escasamente 300 años, hace más de 1000 años, y que hoy en día, en 2024, su huella está super presente. No sólo la más evidente, la arqueológica e histórica, si no una huella en la cultura popular que, si miras a tu alrededor, verás que hay un montón de cosas que tienen que ver con los vikingos: desde series hasta material de oficina o cervezas… A mi editora le pareció buena idea y sugirió hacer un libro sobre esa huella que los vikingos han dejado en productos de la cultura popular desde que se redescubrieron los vikingos más o menos en el siglo XVIII-XIX, cuando el Romanticismo los coge y los saca de Escandinavia para presentarlos al mundo en general. Y esa era la gracia del libro, porque yo precisamente me introduje en el mundo de los vikingos por productos de la cultura popular: desde una canción de un grupo de heavy metal que hablase del Valhalla hasta leer El Señor de los anillos y pensar que un personaje se parecía a Odín… ¿Por qué no analizar eso? Eso es lo que hemos hecho en el libro y es la idea detrás de La huella vikinga, la huella que tú tienes a tu alrededor en cantidad de cosas y que no te habías planteado que venían del mundo vikingo, y cómo se han interpretado después.

 

Hannu: Esa huella, ¿se ve en la cultura popular española de alguna época? Has mencionado autores anglosajones, pero ¿en España hay algo?

Laia San José: En España hay menos huella directa, en el sentido en que los vikingos no han sido nuestro principal campo de investigación. Ahora hay gente en las universidades que están haciendo másters e investigaciones … Pero en España es muy curioso, en general en el público hispanohablante, porque tengo muchos seguidores y seguidoras de Latinoamérica. Y claro, si los vikingos pasaron poco por España, por Latinoamérica pasaron menos. Y, sin embargo, hay un interés muy bestia en los vikingos, tanto en la faceta popular como histórica. Pero los vikingos sí que pasaron por España y sí que han dejado cosas, aparecen en las crónicas… Aunque la huella directa arqueológica no existe, no hemos encontrado todavía objetos que demuestren que estuvieron aquí, exactamente. Pero si tenemos yacimientos arqueológicos que indican que seguramente allí estuvieron. Lo que sí hay son muchas fortificaciones que se construyeron en aquel momento que responden (a la necesidad) de defenderse de los ataques vikingos. Es una huella indirecta, ya que si no hubieran pasado por aquí, no habría habido esa necesidad de construir las fortificaciones. Pero no sé si te has fijado en que hay barberías que te anuncian peinados vikingos, estudios de tatuajes que te anuncian tatuajes vikingos, sitios de tirar con hacha en los que te dicen que es un pasatiempo vikingo… Entonces, tenemos una huella enorme y muy curiosa, ya que nosotros no hemos tenido esa huella histórica como por ejemplo Inglaterra, Alemania o incluso Italia, y por supuesto los propios países escandinavos. 

La "huella vikinga" está más presente de lo que imaginamos en nuestro día a día

Hannu: A veces parece que los vikingos surgen de la nada. Salen de los fiordos, hacen lo que hacen durante 300 años y luego desaparecen con el Cristianismo. Pero, ¿qué es lo que influenció a los vikingos? ¿De dónde sacaron sus influencias?

Laia San José: La gente suele pensar en los vikingos como si fueran una seta, que aparecen de repente un día, están 300 años y luego como los dinosaurios, se extinguen. Lo que había antes (de los vikingos) en Escandinavia es la Edad del Hierro. Y no hay tanta diferencia, si consideramos que la época vikinga comienza a mediados del siglo VIII, entre lo que estaba haciendo la gente en Escandinavia en el siglo VIIl de lo que hacía en el siglo VII o en el siglo VI. Pero sí que es verdad que hay un momento, a mediados del siglo VIII, en el que convergen una serie de factores, por ejemplo, la tecnología naval. Evidentemente los barcos se usaban en Escandinavia desde la prehistoria, desde que hubo asentamientos, porque la orografía escandinava es muy complicada. Yo era algo que sabía pero que no había visto con mis propios ojos, hasta que, haciendo una ruta por los fiordos noruegos, vi que realmente hay lugares en los que sin puentes o sin barcos los pueblos quedaban incomunicados. Tenían un desarrollo naval de siglos y siglos de experiencia que los llevó a crear barcos tecnológicamente superiores a los de cualquier otra sociedad en ese momento en Europa. Si a esos barcos, a mitad del siglo VII, además les ponen una vela, ya llegas donde quieras. ¿Qué convierte a un escandinavo en un vikingo? Evidentemente el saqueo. Lo que define la era vikinga es que es un periodo de tiempo en el que los escandinavos, y algunas escandinavas también, en algún momento de su vida, por una serie de circunstancias, deciden salir a saquear. Luego, cuando dejan de hacerlo a finales del siglo XI, es porque los países escandinavos ya se están formando, hay pequeños “embriones” de Suecia, Noruega y Dinamarca, y se inician relaciones diplomáticas con el resto de países europeos que, además, son cristianos. Y queda fatal dedicarte a saquear a esos países. Ahí es cuando el saqueo va perdiendo peso. Entonces nos encontramos con esos 300 años en los que la sociedad escandinava se dedica a saquear y conocemos ese periodo como época vikinga. Pero es gente que antes y después no es tan diferente a como eran durante esos 300 años. Es un periodo de su historia.

 

Hannu: ¿Se podría decir que durante esa época los países europeos alrededor de Escandinavia estaban en un momento muy débil que “facilitaba” el saqueo?

Laia San José: Sí, por ejemplo los primeros objetivos, aunque después los saqueos evolucionaron a campañas militares super organizadas, en guerras con otros países… Pero al final, los primeros saqueos de los que hay constancia en las crónicas, son para coger ventaja de un objetivo super débil. Todos los saqueos que se producen primero en las costas inglesas son a monasterios super aislados, con una población de unos pocos monjes, pero con mucha riqueza. ¿Qué pasó ahí? A nadie se le ocurre ir a saquear un monasterio cristiano si tú eres cristiano porque es tu religión y tú la respetas. Pero sucede una cosa muy interesante y es que en esa época, tanto Escandinavia como algunas zonas del Báltico, son los últimos reductos paganos de Europa. Entonces, cuando tu no compartes religión ni creencias, saquear a un monje y robarle sus cosas no te parece un sacrilegio, seguramente te parece un desperdicio que esa gente tenga esas riquezas ahí y no esté haciendo nada con ellas. Es algo en lo que la gente no suele caer. Esa diferencia entre paganos y cristianos hace mucho para que esos saqueos se produzcan y tengan ese modus operandi. En el momento en que Escandinavia se cristianiza, que sucede relativamente rápido después, ya no puedes dedicarte a saquear monasterios, porque claro, es tu propia religión.

Hannu: Quería preguntarte sobre cómo te sientes en los países nórdicos cuando vas allí. ¿Sientes, de alguna manera, una atmósfera vikinga?

Laia San José: No sé si decir vikinga, pero sí que noto una atmósfera diferente comparada con España. Hace unos meses estuve en Islandia por primera vez porque me invitaron a un viaje por el lanzamiento de un videojuego. Es un videojuego inspirado en algunas sagas y nos llevaron a los sitios que aparecen en las sagas. Y claro, llegar a esos sitios y poder verlos, me hizo estar un poco más cerca de todo lo que leo y todo lo que estudio, porque se entienden cosas. Yo sí que creo que Escandinavia es muy diferente a España. No sé si te diría que noto “atmósfera vikinga” porque ¿qué es una atmósfera vikinga? Si nos ceñimos a que un vikingo es un saqueador pues no noto mucha atmósfera vikinga, porque nadie está haciendo cosas que no debería estar haciendo, pero sí que noto mucha diferencia. Y una de las cosas que más me gusta y que me ha hecho seguir trabajando en este tema y dedicarme a esto es que yo, cuando viajo allí, que ya he estado varias veces, me siento muy en casa. Y eso me gusta. Me gusta la gente (de Escandinavia). La gente me decía que los escandinavos son muy sosos, muy secos, que no se relacionan con la gente, que les gusta mucho estar en casa… Me preguntaban que cómo me podía gustar el frío. Pues es que a mi es lo que me gusta. Yo estoy allí y me siento más agusto que en otros sitios. Y no sé si es porque me gusta más a mi o por todo lo que he leído y estudiado, aunque no haya estado en un sitio en concreto y sea la primera vez que voy, para mi son como lugares comunes, porque ya he leído y estudiado mucho sobre ellos y ya sé cosas sobre ellos… Ahora entiendo lo que leo, muchas veces, aunque no todo, pero soy capaz de entender lo que está diciendo la gente o lo que dicen por megafonía en el metro, o lo que pone en un cartel.

 

Hannu: ¿Hay algún lugar específico que te haya impresionado mucho?

Laia San José: Pues mira, Islandia me impresionó muchísimo, porque además es muy diferente a Noruega, Suecia o Dinamarca, es otra historia completamente diferente. Ver esas zonas, esos páramos sin árboles totalmente a la intemperie… La dureza del clima, porque además fuimos en mayo, cuando aún era invierno para ellos y hacía frío y llovía y nevaba… Pero sitios que me hayan impresionado mucho… Por ejemplo, el yacimiento arqueológico de Birka en Suecia. Hay gente que me ha comentado que no les ha impresionado tanto porque en realidad parece que hay poca cosa, tan solo unos montículos en el suelo. Si no eres historiador o arqueólogo, si no sabes lo que es eso…

 

Hannu: Entonces te lo tienes que imaginar

Laia San José: Claro, me pasó también en el cementerio de Borre, en Noruega, cerca de Oslo. Esa sensación de pensar que estaba pisando un sitio en el que hace 1000, 1200 o 1500 años vivía gente, y pensar que debajo de mis pies seguramente había un barco que todavía no se había desenterrado, o que debajo de un montículo que todavía no se había excavado quién sabe lo que hay, quizás otra gran guerrera… A mi esas cosas me impresionan mucho, mucho, mucho. Porque es como tener la historia super cerca. Es como decir que todo lo que he estudiado está aquí. Y que a lo mejor algo de lo que salga de aquí es lo que yo estudio dentro de unos años. Y esas cosas sí que me impresionan bastante. 

Lo que empezó siendo una afición se ha convertido en un trabajo a tiempo completo

Hannu: Hablemos un poco de tu experiencia estudiando sueco, ahora que vas a empezar tu tercer año.

Laia San José: Sí, voy a empezar el nivel B1. Mi palabra favorita era allemansrätten, que es el derecho de todos a usar el campo o la naturaleza. Pero que además implica que tengas respeto, que tengas cuidado, que lo dejes todo como estaba… Me encanta este concepto y, además, se lo cuento a todo el mundo. Es una cosa que a mi me da la sensación de que si lo hiciéramos en España, el campo acabaría destrozado, porque no tenemos esa cultura de cuidar tanto lo que es de todo.

 

Hannu: En el idioma en sí, ¿hay alguna dificultad extrema?

Laia San José: Sí, la pronunciación (risas). Y ya no tanto la dificultad que puedo tener yo al intentar pronunciar algunas letras, que madre mía, porque claro, yo no he nacido aprendiendo a poner la garganta así, pero a nivel de escuchar, lo que sería un listening, para mi es lo peor de todo. Y mira que intento ver series en sueco, sigo a todos los periódicos suecos en X y en Instagram para que me salgan las noticias… Y al final yo decidí estudiar sueco un poco por descarte, porque yo quería estudiar sueco, noruego o danés. Sabía que el islandés es el más diferente de todos, entonces pensé que aprendiendo islandés no entendería ni el sueco, ni el noruego ni el danés, así que decidí aprender un idioma que fuera inteligible.Y fue un poco por sorteo, podría haber caído en clase de danés o noruego. Para mi es la sonoridad, la rapidez con la que se habla, la cantidad de letras que se comen, la cantidad de formas diferentes que tiene la gente de pronunciar, y a mi es lo que más me cuesta: poner una serie y pensar que con un nivel B1 de inglés, posiblemente se entienden más cosas habladas de las que se pueden entender con el mismo nivel de sueco. Para mí es lo más complicado. A nivel de gramática, hay algunas cosas que te las tienes que aprender porque son así y ya está, o alguna regla un poco rara que es muy diferente al castellano y te choca. Supongo que si estudias sueco o cualquier idioma nórdico desde el alemán o el inglés vas a ver muchas más similitudes y te va a resultar mucho más sencillo. Pero para mí, lo más difícil es la sonoridad del idioma, pero también es lo que más me gusta.

 

Hannu: ¿Crees que haber estudiado sueco durante un par de años te da una visión diferente de los países escandinavos?

Laia San José: La historia moderna de los países escandinavos, todo lo relacionado con la Unión de Kalmar, lo que pasa después, cómo se juntaron, cómo se separaron, uno que se independiza… Todo eso me gusta. Pero creo que a través de un idioma puedes aprender mucho sobre la gente, la cultura de la gente, cosas super actuales…Esto va a sonar a “peloteo” pero no lo es. Una de las cosas que más me gusta de estudiar en Institut Nòrdic es la inmersión cultural que tienes cuando estudias el idioma. Yo he estudiado inglés y, por ejemplo, no aprovechaban que era Santa Lucía para explicarme cosas relacionadas con la cultura. (En Institut Nòrdic) te metes dentro de la cultura. A mí sí que me da la sensación de que después de dos años estudiando sueco, cuando he estado en Suecia, sobre todo en Estocolmo, se me hacían menos raras algunas cosas, entendía por qué la gente hace ciertas cosas… Si tu no estudias el idioma, por ejemplo, el fika, un concepto que a mi me gusta mucho, no lo entiendes, no sabes de dónde viene, no entiendes la tradición que hay. Para mí era importante estudiar algún idioma nórdico para poder leer artículos que se publican en la universidad que no se traducen al inglés porque son muy específicos. Yo empezaba a tener un problema porque quería acceder a información a la que no podía, y eso que afortunadamente, las universidades escandinavas casi todo lo publican en inglés. Pero además, mi idea es viajar mucho a Escandinavia, me gustaría hacer viajes arqueológicos e históricos con grupos pequeños de gente para llevarlos a sitios que me gustan. No solo por respeto, ya que creo que si vas a viajar mucho a un lugar, me parece lo mínimo entender el idioma y poder comunicarte… Aunque luego te cueste y tengas que pasarte al inglés… Llegar a un sitio y poder saludar o despedirse en su idioma y entender cosas. Me parecía importante para entender el país, a la gente, la cultura…Eso solo leyendo no lo consigues. Yo creo que el idioma es una forma muy buena de aprender eso.

 

Hannu: Y llega un momento, después de cierto esfuerzo, cuando uno ya empieza a ser independiente en el uso de la lengua, y se puede disfrutar realmente de la lectura, de entenderlo todo…

Laia San José: Me he descargado para el Kindle cuentos de Pippi Langstrump, porque aunque sean para niños pequeños, van bien para el nivel que tengo yo ahora, que es bajo. A mi me gustaban mucho de pequeña así que pensé que podría gustarme.

 

Hannu: También podríamos hablar de las diferencias entre la literatura infantil nórdica y la española… Pippi Langstrump es hija de una familia rota, anárquica, que hace lo que le da la gana…

Laia San José: A mi me gustaba mucho de pequeña porque me daba la sensación de que era una niña muy libre.

 

Hannu: Ese sería otro tema pero es muy interesante.

Laia San José: Hay una editorial (nórdica) muy buena en España que es Nórdica Libros que publica todo tipo de literatura nórdica. Yo compro muchísimos de sus libros porque me resulta tan diferente la literatura escandinava actual a la literatura española: la forma de narrar, de explicar las cosas… es tan diferente que creo que también se puede aprender muchísimo leyendo.

Su trabajo como divulgadora le ha dado la oportunidad de visitar los lugares que ya conocía gracias a sus investigaciones

Hannu: Última pregunta, sobre mitología y sobre ti. Elige un personaje de mitología nórdica. ¿Quién serías?

Laia San José: Al principio, hace muchos años, te habría dicho Odín, porque es un dios que me gusta mucho todo el concepto que tiene de la sabiduría y lo relacionado con el conocimiento y la obtención de conocimiento. Pero a medida que he ido investigando y he ido leyendo con el tiempo, me he dado cuenta que hay un personaje muy infravalorado de la mitología nórdica que es Freya. En primer lugar, Snorri Sturluson (jurista, escaldo, historiador y escritor islandés), que es la única persona que escribe y hace una recopilación de la mitología nórdica en siglo XIII, cuando ya habían pasado muchos años desde la cristianización, apenas la menciona. Es verdad que casi no menciona a ninguna figura femenina porque como buen eclesiástico del siglo XIII no le importaban demasiado las mujeres. Pero es que luego, a partir del siglo XIX, cuando se rescatan los vikingos, cuando hay esa explosión de interés por los vikingos, todo tipo de intereses: nacionalistas, románticos y demás, Freya es una figura que pasa sin pena ni gloria. De hecho, hay muchos escritores románticos que la equiparan a una Venus o Afrodita, que la llaman ramera y que solo la ven como una figura dedicada a la sexualidad. Pero cuando lees mucho más, ves que es una figura que, seguramente, en el periodo vikingo, debía tener una importancia y una influencia similar sino igual, a Odín. Todo el mundo hace referencia a los guerreros muertos que van al Valhalla porque los escogen las valkirias y los llevan a Odín… Pero si tú lees a Snorri, lo primero que te dice es que la primera que escoge es Freya y se lleva ella la primera mitad (de guerreros), pero luego no sabemos qué hace con ellos. Hay muchas pistas en la literatura nórdica y en la arqueología que te dan una visión muy diferente, y que dan a entender que debía ser un personaje super importante. Odín aprende de Freya la magia y muchas de las cosas que luego lo caracterizan. Entonces, me parecía un personaje muy subestimado, en plan, la típica diosa del amor y la sexualidad, pero no, es bastante más interesante. Así que yo creo que me quedaría con ella.

El nuevo libro de Laia, La huella vikinga, sale a la venta el próximo 17 de octubre