Belinda Dura Choy está a un paso de alcanzar su sueño. El próximo año realizará el proyecto final de carrera en Noruega, lugar en el que también hará un Erasmus Prácticas. Esta joven canaria se encuentra en estos momentos en el último curso de Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval de la Universidad Politécnica de Cataluña. La pasión por los barcos y la industria naval la llevaron a querer dedicar su vida al diseño y construcción navieras, y tiene claro que no existe lugar mejor para profesionalizarse en este ámbito que los países escandinavos.
¿Por qué Escandinavia?
Primero porque es la zona del mundo con mayor ratio de barcos por habitantes. En segundo lugar, porque se consiguen 14.500 embarcaciones cada año y tercero, porque me encanta la cultura vikinga. Me llamó la atención la elección de la madera para la construcción de barcos, o cómo se atrevían a navegar por mares en condiciones en las cuáles otros nunca hubieran llegado tan lejos.
¿De dónde te viene esta pasión por los barcos?
Siempre me han gustado, nací en la Islas Canarias y toda mi vida he vivido cerca del mar. En 2006, cuando todavía estudiaba diseño de interior, fui por casualidad a Valencia en un congreso de ingeniería naval y supe que esto era lo que quería hacer. Entonces dejé mi anterior pareja, mi anterior casa, mi anterior vida y me dije, allá voy.
Y escogiste Noruega…
Noruega fui mi objetivo principal desde hace cuatro años. Yo solía veranear en Alicante en una zona en la que sólo viven noruegos. Cuando vine a Barcelona descubrí Institut Nòrdic y conocí a Martine Hansen, la profesora de noruego. Estudié noruego durante un año y con mis compañeros de clase hicimos un bonito grupo. Ahora todavía sigo estudiando un poco por mi cuenta. Martine Hansen como profesora me ha encantado. Exigente pero muy buena a la vez. Con los del grupo todavía sigo quedando para tomar un café y estudiar de vez en cuando.
¿Qué crees que podría diferenciar los estudios aquí en Barcelona de los de Noruega?
En Noruega prestan mucha atención a lo que es la sostenibilidad, trabajan mucho con offshore y lo que es otro tipo de plataformas. Me gustaría hacer investigación allí, ya tengo asignado mi tutor y seis meses por delante para hacer el proyecto. Sería en el campus de la Buskerund and Vestfold University College.
¿En qué consiste tu último proyecto final?
Diseñar mega yates, pero no querría hacer algo lujoso u ostentoso como lo que me gustaba al principio, conforme he ido aprendiendo más de ingeniería naval he ido descubriendo otro tipo de materiales, de sostenibilidad y recursos asociados al medio ambiente. Me gustaría hacer una mezcla de todo, quizá coger el proyecto de carrera final de diseño de interiores mirándolo con otra perspectiva, desde la ingeniería naval aplicando conocimientos técnicos a un trasfondo artístico.
¿De Canarias a Noruega, cómo ha sido tu trayectoria?
En un principio estudié diseño de interiores, mi proyecto final de carrera no contemplaba embarcaciones ni medios de transportes, pero yo me empeñé en diseñar un barco. Para el proyecto final me encargué de diseñar un mega yate de 48 metros de eslora y tres pisos, estuve en una sala encerrada ocho meses averiguando cómo hacer un barco porque nadie me había enseñado nunca nada. Cuando acabé el proyecto me llamaron para publicarlo y me dieron una beca para ir a Italia a estudiar un Máster en Diseño de Yates. Posteriormente, escogí Barcelona para estudiar ingeniería naval, cerca del mar podía trabajar a la vez que estudiar la carrera, siempre con la mirada fija en Escandinavia.
¿Te podrías plantear vivir en Noruega?
Mi plan es ahorrar ahora lo máximo que pueda y en cuanto llegue a Noruega empezar a vivir mi sueño. Me gustaría algún día trabajar en un estudio disciplinar con gente de diferentes culturas, y por eso me oriento más hacia Escandinavia. Por la cultura, y por cómo ellos tienen más implantado el tema de la igualdad de género. Aquí las únicas mujeres que salen en las revistas navales están vestidas de hombre o toman del brazo a su marido. No hay muchas mujeres en la ingeniería naval. Poquito a poco sí, pero sé que en Noruega tengo mayores posibilidades de sentirme un poco más reconocida.
¿Piensas que en España el sector naval es más cerrado?
Sí, y además está orientado a determinados hombres de edad avanzada. Es muy difícil entrar. En Escandinavia veo que tienen una mentalidad más abierta. Además del contacto con el mar, están rodeados de la cultura marítima. Todo el mundo sabe lo que es un barco o descifrar la dirección del viento. Ya cuando hacía diseño me gustaba la arquitectura de estilo escandinavo.
¿Y ahora mismo, qué tienes entre manos?
Estoy haciendo prácticas en el FIM, trabajo como Project Manager Junior. Me queda el último cuatrimestre de clase, terminar el proyecto que estoy haciendo y el 14 de febrero empiezo las clases en Noruega.
Entrevista de: Mar Schoenenberger