Albert Folguera, Cónsul de Dinamarca en Barcelona: «Dinamarca es fuerte en varios sectores»

Albert Folguera, es abogado y asesor fiscal especializado en la internacionalización de empresas. Muy vinculado a su trabajo, le propusieron ser Cónsul de Dinamarca en Barcelona y después de aceptar esta propuesta, Albert empezó a estudiar danés y a profundizar sus conocimientos de la cultura danesa. En esta entrevista, este abogado observa y analiza el mundo empresarial nórdico que quiere abrir mercados en España, además de hablar sobre Dinamarca, las diferencias culturales y sus estudios de danés.

Por Hannu Arvio

Hannu: Empezamos por el danés directamente. Estás al final del segundo curso de danés, el nivel A2. ¿Cuáles son tus impresiones sobre este idioma?

Albert: Es un idioma que cuando empecé, me decían: “es muy difícil, es muy difícil” y la verdad puedo reiterar que es muy difícil. No tanto la gramática. Yo parto con conocimientos de inglés y hay muchas palabras y la construcción gramatical que me suenan del inglés, y los que conocen el alemán también dicen que les suenan muchas palabras del alemán. Y el que sabe inglés y alemán le suenan más palabras, obviamente. La estructura (gramatical) es muy inglesa pero también alemana, por todo el tema inversión. Si ya conoces otro idioma es más fácil. Pero lo que cuesta es el oído y la pronunciación, eso es lo más duro.

 

Hannu: Y lo trabajáis mucho en clase

Albert: En clase la profesora nos habla mucho en danés, pero cuando ve que estamos perdidos, cambia al castellano. Pero poco a poco vamos progresando y cada vez se va hablando más en danés. Y nos obliga a los alumnos a decir las cosas en danés. Y la sorpresa ha sido que, como has mencionado al principio, ahora que estoy al final del A2, ya podemos hablar, explicar cosas en danés. Te ponen una fotografía, un cuadro y te piden que expliques lo que ves en danés. Y que estés hablando un minuto, un minuto y medio, dos minutos, en función de la habilidad que tenga cada uno es sorprendente.

 

Hannu: Entonces ves que ha habido un progreso y que en el futuro también lo habrá

Albert: Sin duda, hay un progreso increíble. A pesar de que ahora estoy al final del A2, yo hice un curso intensivo en julio 2023 de nivel A1. Un curso muy intenso, con dos horas de clases cada día, que implicaba que tenías que hacer deberes en casa. Deberes y trabajo, con una vida profesional intensa, significa que tienes que buscar horas en cualquier momento. Fue duro, pero sabía que eran cuatro semanas. Y ahora el A2 está siendo mucho más relajado, porque es un día de clase a la semana, dos horas. Muy intensivas las dos horas, pero tienes tiempo de hacer las cosas, de ir haciendo cada día un poquito. Porque si te dedicas solo a hacer los deberes no vale la pena que estudies un nuevo idioma… Yo estoy haciendo danés no para hacer deberes o tener un título, si no para aprender. Y la única manera de aprender es haciendo cada día un poquito. Nos dicen que tendremos progreso en el futuro, y eso espero porque si no… (risas).

Albert Folguera, nuevo Cónsul de Dinamarca en Cataluña y Aragón, y estudiante de Institut Nòrdic.

Hannu: Tú eres abogado en Barcelona, especializado en la internacionalización de empresas. Trabajas en un bufete y das clases en la Universidad de Barcelona.

Albert: Correcto. 

 

Hannu: Ahora viene la pregunta. Entonces, ¿por qué estudias danés?

Albert: Bueno, porque dentro de mi espacio profesional, que es la internacionalización de empresas y recepción de extranjeros en España, he podido colaborar durante muchos años con el Cónsul de Dinamarca saliente. Y trabajando con él, codo a codo en muchos temas, me planteó la opción de sustituirlo a él en esta función de cónsul.

Mi motivo de aprender danés es, básicamente, por el nuevo cargo que he empezado a ejercer representando a Dinamarca en la zona de Cataluña y Aragón. ¿Me exigieron aprender danés? No. Pero es que no solo estoy aprendiendo danés, estoy aprendiendo la cultura danesa. Más allá de lo que pudiese haber aprendido colaborando con el cónsul saliente, una manera de aprender la cultura es conocer su idioma. Pongo un último ejemplo: la semana pasada, en clase, hablábamos en danés. Pero lo importante no era el danés en sí, si no que estábamos hablando de la tipología de festividades y fiestas mayores y cómo se celebra en Dinamarca. También comentamos sobre el nombramiento del nuevo rey y su discurso. Estamos hablando de cosas propias del país. El idioma es la excusa.

 

Hannu: Entonces, de alguna manera, por razones laborales, de responsabilidades, te estás ubicando en la cultura danesa. 

Albert: Correcto. Yo no tengo ninguna relación personal: ni padres, ni cónyuge, ni hijos que estén vinculados a Dinamarca. Ha sido por un motivo profesional. 

Albert ha tenido la oportunidad de conocer de primera mano Dinamarca y los países nórdicos en varias ocasiones. En la foto con su esposa Anna.

Hannu: Volvamos a tu trabajo. A una empresa danesa o nórdica, ¿qué le puede ofrecer España? ¿Qué tipo de empresas buscan tus consejos para instalarse o empezar con sus negocios aquí? 

Albert:  A las empresas danesas les atrae el potencial del mercado español por el número de habitantes. Dinamarca, Suecia, Noruega o Finlandia son países (salvo Dinamarca) de gran superficie, pero con muy poca población. Cinco, seis, siete millones de habitantes en función de cada país. Son países abiertos a la exportación, abiertos al mundo, ya que sus empresas, con la población propia que tienen, no pueden generar volumen. En Dinamarca, por ejemplo, hay grandes empresas que han crecido abriendo mercados en el extranjero. España les ofrece una gran oportunidad, no solo por el propio mercado español con 48 millones de habitantes, si no como una plataforma para entrar a Sudamérica. Entonces, entrando en España, abriendo filiales en España, luego son estas filiales las que pueden traccionar para abrir mercado en Sudamérica por el tema cultural e idiomático español. Es un soft landing, primero llegar a España y después Sudamérica. Pero ya solo con el mercado español… Hay muchas empresas danesas con filiales en España.

 

Hannu: ¿Qué tipo de empresa es la que logra instalarse en España y, posteriormente, incluso en América Latina?

Albert: Dinamarca es fuerte en varios sectores. Los casos que conozco son empresas de logística, farmacéuticas, distribución, alimentarias, energía eólica, ingeniería… Por ejemplo, la cervecera Carlsberg. Una cervecera tiene necesidades de ampliar mercados, a pesar de que en España el mercado es muy competitivo. Otro ejemplo, el sector porcino. Aquí (en España) hay empresas filiales danesas que críancrían cerdos siguiendo las mismas directrices genéticas que marca la empresa matriz en Dinamarca. Es un campo de cultivo, para investigar y hacer desarrollar nuevos productos. 

 

Hannu: Si pensamos al revés, una empresa española que está planificando ir hacia el norte, a Dinamarca. ¿Qué le dirías?

Albert: Que existen muchas oportunidades empresariales teniendo en cuenta que el coste de producción es España es mucho más bajo que en cualquier país nórdico. Conozco varios casos de empresas que han ido a Dinamarca para ofrecer sus servicios y sus bienes. Por ejemplo, una empresa que tengo muy presente es una multinacional que se dedica a hacer instalaciones de madera en grandes edificios. En Suecia, Noruega y Finlandia hay mucha madera, pero una cosa es tener la materia prima y la otra es tener el conocimiento para usarla. Y esta empresa abrió una base en Dinamarca, y desde allí ha abierto bases en Noruega y en Suecia. Y en los tres países hace grandes instalaciones. Es una empresa famosa por hacer instalaciones de madera en grandes edificios, por ejemplo, en óperas. 

 

Hannu: ¿Por qué ha ido allí esta empresa?

Albert: Primero, por la situación económica, ya que son países con gran capacidad económica para poder invertir en grandes proyectos. Y segundo, porque la calidad de las cosas se percibe. Ya sabemos que los países nórdicos son simples en la construcción, simples en la vida, pero la calidad se percibe. El concepto hyggelig danés se intenta ver en todos los aspectos de la vida danesa. Es algo que aquí en España no hay, incluso buscamos la traducción de la palabra y nos cuesta encontrar un equivalente. Tener las cosas bien hechas, porque sí, con armonía. Y eso es muy interesante y muy atractivo para las empresas españolas que quieran hacer estas cosas en los países nórdicos.

Vestas A/S, empresa danesa, tiene una sede en España donde se fabrican las palas para los molinos eólicos.

Hannu: De hecho, hay bastantes constructoras que trabajan en los países nórdicos.

Albert: Y es curioso. ¿Es que no hay empresas constructoras nórdicas? Sí. ¿Y por qué van las españolas? Pues porque han buscado ese equilibrio y seguramente el coste inicial es más económico.

 

Hannu: ¿Cuál es la dificultad? Seguramente hay muchas empresas pensando en internacionalizarse. ¿Qué es lo que hay que considerar primero? Si te va bien en tu zona, y quieres ir, por ejemplo, a España, ¿qué es lo que hay que pensar, lo importante antes de tomar la decisión?

Albert: Hay tres preguntas a realizar: quiero, puedo y debo. Esas son las tres primeras preguntas que nos tenemos que hacer. ¿Quiero internacionalizarme? ¡Claro! Todo el mundo quiere vender más, y desde su pueblecito, quiere vender su producto a otros países. Porque ya ha hecho una inversión en su territorio. Una fábrica tiene un límite de fabricación, y solo con el mercado local no tiene suficiente. Entonces quiere fabricar más para poder vender fuera. Eso es el querer vender fuera. La siguiente pregunta es ¿puedo? ¿Tengo la infraestructura necesaria para poder ofrecer cosas hacia fuera? Claro, la voluntad, las ganas, todo el mundo quiere vender fuera. Por ejemplo, quiero vender en Inglaterra, pero ¿sé inglés para vender fuera? Si la respuesta es no, entonces por mucho que quieras, no puedes. La última pregunta sería ¿debo? ¿Tengo necesidad de hacerlo? Y esa es la filosofía que cada persona, cada empresario tiene que pensar. Si quieres y estás preparado, tienes que analizar esa voluntad y ver si realmente es necesario o no. Entonces depende de la voluntad de cada uno y la aversión al riesgo que tenga, porque abrir nuevos mercados cuesta mucho. Cuando tu estás en tu zona de confort, estás vendiendo en tu mercado, y desde ahí vas haciendo… Mira, voy a poner el ejemplo de Institut Nòrdic. Antes, Institut Nòrdic hacía las clases presenciales. ¿Cuál era su mercado? Pues local. Después del Covid empezó todo online. ¿Institut Nòrdic se plantea hacer algún curso presencial? Hombre, el online va bien porque se puede abarcar a más alumnos. Y el ejemplo lo pongo en mis clases de A1. En mis clases de A1 los alumnos eran, por ejemplo, uno de Bilbao, otro de Costa Rica, otro de Sant Cugat (Barcelona), yo que estaba en Barcelona y la profesora, que estaba en Sant Cugat. Claro, había una disparidad de gente en diferentes territorios. ¿Esto es internacionalización? Una parte. Obviamente ofreces el producto desde aquí (España) pero para que Institut Nòrdic llegue a Costa Rica ha habido un posicionamiento previo. Y ahora tenemos internet que nos permite posicionarnos para ofrecer estos servicios.

 

Hannu: Sí, de hecho, en Institut Nòrdic, a causa del Covid, pasamos directamente a “debo”.

Albert: Pues con eso ya me lo dices todo. Es por eso que cada uno tiene que hacer su estrategia para saber si es necesario internacionalizarse. En mi caso, como abogado, yo ofrezco derecho español. No sé sobre derecho danés ni pretendo ser abogado danés. ¿Y qué servicios ofrezco? La confianza de que cuando el español quiera ir a Dinamarca, yo sé qué cosas le pueden pasar en España y le acompaño. Y me aseguro de que con sus abogados locales daneses hagamos la combinación correcta. Y al revés. Cuando un danés viene a España que, por cierto, hay muchos que vienen, y cuando compra su casa, que esté tranquilo y sepa que desde aquí se le asiste correctamente y que vamos coordinados con su asesor local de Dinamarca. Esa es nuestra internacionalización.

En su nuevo cargo como Cónsul de Dinamarca, Albert está profundizando en la cultura danesa a través de su idioma.

Hannu: Los cursos de danés, esa trayectoria que has comenzado con la cultura danesa, con el idioma… ¿Te ha cambiado alguna idea de los países nórdicos en general?

Albert: Yo he tenido la oportunidad de viajar a Dinamarca, a Finlandia, a Malmö en Suecia. Y no es que me haya cambiado (la perspectiva). Realmente son países nórdicos pero también son europeos. Es cierto que dicen que entre los países del norte y del sur hay mucha diferencia, pero al final todos tenemos una esencia muy parecida. Tenemos una cultura cristiana, cada uno con sus derivados, tenemos nuestras formas de hacer. Pero sí que me ha sorprendido que los daneses son muy confiados. Primero, son muy cerrados, pero en el momento en que te abren la puerta, tienen confianza plena en ti, salvo que tú les falles. Y esa es la diferencia con España. Aquí todo el mundo es muy abierto, pero nadie se fía de nadie, aunque sea su hermano. Entonces en eso sí que he visto una diferencia con Dinamarca. Y después, las veces que he ido, la típica diferencia entre norte y sur. Aquí en el sur hay más ruido, no digo fiesta, pero hay más ruido. Y allí en cambio es todo más calmado.

 

Hannu: Volviendo al tema de la internacionalización, ¿hay algo que te gustaría añadir?

Albert: A ver, yo me he encontrado con daneses que vienen a España y, aparte de temas más específicos como por ejemplo que no hay convenio de doble imposición, ese acompañamiento es necesario. Lo que yo digo es que es básico que se dejen acompañar, porque muchas veces vienen pensando que ya saben mucho y cogen al primer gestor que encuentran. Y es importante contar con alguien que conozca su situación y que se dejen acompañar.

 

Hannu: Tengo una última pregunta. Se dice que un gran porcentaje de las empresas que se crean a los dos años dejan de funcionar, cierran. Un porcentaje muy alto, un 70, 80, 90%. En cuanto a empresas que se internacionalizan, ¿se puede hablar también de porcentajes altos en cuanto a fracasos y/o dificultades?

Albert: Ir a otro país es empezar de cero. Por mucho que seas una gran empresa. Por ejemplo, Ikea, una gran multinacional sueca. Cuando llegó a España se dijo que había tenido un gran éxito. Bueno, no sé si tuvo gran éxito. Ikea, pongamos que estaba vendiendo en 10 tiendas en Suecia a pleno rendimiento, y decidió abrir mercados. Pero tenía que probar si en esos mercados se aceptaban los productos. Y abrió una primera tienda (en España). Y puede ser frustrante, cuando una empresa que ya vende en 10 tiendas en su país, empieza de cero con un solo punto de venta en un mercado nuevo y tiene que montarlo todo desde el inicio. Y para que algo funcione tienen que pasar mínimo 3 o 4 años, si tienes éxito. Porque al final tienes que pensar si ese país está preparado para recibir el tipo de servicio que tú ofreces. ¿Estás tú preparado para ofrecer el servicio que el país necesita? Tienes que adaptar tu producto a la necesidad local. Ikea se adaptó pero ¿cuántas empresas danesas han venido a ofrecer sus servicios y productos, pero no había mercado? O no han sabido venderse.